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Esta religión de Jesucristo sólo se encuentra
en la Iglesia Católica; nadie es católico sin el
Papa. íAy de quien se separa de esta cabeza
suprema! Está fuera de la única religión que puede
llevar a la salvación: quien no tiene a la Iglesia
por madre, no puede tener a Dios por Padre.
Tengamos, pues, todos la misma fe, la misma
ley, los mismos sacramentos y la misma caridad en
la vida y en la muerte. Pero, sobre todo, sepamos
aprovechar el sacramento de la penitencia como un
gran medio instituido por Jesucristo para
comunicar a nuestras almas los méritos de su
pasión y muerte; para romper las cadenas con las
que el maligno espíritu tiene encadenadas nuestra
almas; para cerrarnos el infierno y abrirnos las
puertas del cielo. Así sea>>.
En estas conversaciones, don Bosco hace contar
al párroco un hecho sobre el sigilo sacramental,
que le sucedió a él mismo en una de las
discusiones sostenidas contra los protestantes.
<>Acaso se puede llamar profanadores a
los apóstoles porque hubo un Judas traidor? Pero
como él insistiera en los hechos que decía
conocer, llegué a esta proposición:
>>-Si ((**It5.254**)) usted,
le dije, o cualquier amigo suyo puede presentarme
un solo hecho de esta jaez, pero que sea cierto,
prometo darle quinientas liras.
>>-Prepárelas, añadió el otro; el sábado estaré
aquí.
>>-Espere, exclamé: lo mismo dije a otros y no
quisiera me pasara igual con usted, esto es, que
no volviera más por aquí.
>>-Vendré sin falta, concluyó; palabra de
honor.
>>>>Cree usted que ha vuelto? Hace rato que le
espero; pero hasta ahora no ha vuelto, y pienso
que no volverá porque le será imposible hallar un
solo caso, como había prometido.
>>Realmente todos aquéllos, a los que muchas
veces he oído despotricar contra la confesión, me
proponían casos imprecisos, sin señalar el lugar,
sin decir el nombre del confesor y del penitente,
y empezaban siempre su relato con estas palabras:
``He oído decir''>>.
Terminó don Bosco este trabajo. El 25 de mayo
fue a Ivrea, donde cantó las glorias de María
Inmaculada, aportó algunas disposiciones con el
Obispo para la buena marcha de las Lecturas
Católicas y volvió a Turín para preparar la
publicación de los dos folletos de julio en la
imprenta Paravía. El libro trataba de: Conversión
de una noble y rica señora inglesa a la Iglesia
Católica, cuando las leyes penales
(**Es5.189**))
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