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a aquellos desventurados jóvenes, predicándoles
los ejercicios espirituales, pero siempre que
éstos no alteren el horario normal del trabajo:
ímolesta, pero insoslayable disposición!
Mas, >>cuáles serían los sentimientos de don
Bosco cuando, terminada la excursión a Stupinigi,
oyó tantas voces conmovidas que le daban gracias y
vio cerrarse las puertas de la prisión tras las
espaldas de sus desgraciados amigos? Ciertamente,
su satisfacción quedaría amargada por una gran
tristeza. No se podía decir que todos aquellos
jóvenes fueran delincuentes. En La Generala había
chicos, cuyos padres sin entrañas habían acusado
de insubordinación las ligerezas de su edad y la
vehemencia de carácter para desembarazarse de
ellos como de un estorbo. Otros habían sido
encarcelados por el primer robo insignificante de
unos pocos dineros, fruta o pan en el mercado,
acosados por el hambre. Más de uno de aquellos
pobretes, al entrar en la cárcel, no sabía todavía
qué era el vicio; pero, entre los muchos
compañeros avezados al mal obrar, y bajo un
reglamento que sólo reconocía la fuerza como
sistema de educación, corrían el riesgo de
pervertirse casi sin remedio.
Por eso hacía años que don Bosco, cuando un
jovencito no había sido condenado por sentencia
del tribunal, solía efectuar las diligencias
necesarias para devolverle la ((**It5.228**))
libertad, y si no había nadie que se preocupara de
él, lo recibía como interno en su Oratorio o bien
procuraba colocarlo en una buena casa. Pero no le
olvidaba, sino que iba a visitarlo para animarle a
ser bueno, y le recomendaba que fuera al Oratorio
o a la parroquia los días de fiesta.
Pero ni aún así quedaba satisfecha la caridad
de don Bosco; prestaba también su ayuda a una
Sociedad fundada en Turín, con aprobación regia,
que se dedicaba a proteger a los jóvenes que
salían libres de la cárcel. Por los documentos,
que a continuación incluimos, puede colegirse la
importancia y el fin de dicha sociedad.
Don Bosco recibió la carta siguiente:
Turín, 8 de agosto de 1855
Muy apreciado y reverendo Señor:
La Comisión de Colocación, en su sesión del 23
de julio último, ha nombrado al sacerdote don Juan
Bosco socio activo como protector del joven Luis
Pesciallo de Vacarezza, de 16 años, que saldrá del
correccional el 15 del mes en curso.
El muchacho trabaja de sastre en la casa, y
desea continuar en el mismo oficio.
El que suscribe, al comunicar al antedicho don
Juan Bosco su nombramiento, le suplica se cuide
del joven que saldrá en libertad de acuerdo con
las instrucciones anejas a la presente 1.
1 Real Sociedad para la protección de los
jóvenes salidos del Correccional. -Objeto-
Instrucciones para los protectores de los jóvenes
liberados admitidos en el Patronato.
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