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((**Es5.16**) Aprovechó estos Rasgos para una tercera edición en 1867; y en la de 1884, añadía, para confirmar cuanto había escrito: <>Se advierte que esta edición no es simplemente una reproducción de las precedentes; en efecto, contiene algunas noticias que entonces no se consideró oportuno publicar, amén de otras que no conocimos sino después>>. A este folleto le puso el prefacio siguiente: <((**It5.3**)) que acabamos de recibir del Emmo. Cardenal Antonelli, en nombre de S. S. Pío IX. >>A la par del paternal aliento del Vicario de Cristo, que fortalece nuestro espíritu y nos anima a continuar con todo celo los trabajos emprendidos en defensa de nuestra sacrosanta religión y desenmascaramiento de las seductoras mañas de los enemigos de la fe, no dudamos que también estimulará a quienes patrocinan nuestra obra y, al mismo tiempo, será prenda de seguridad para aquellos a quienes procuramos ofrecer un antídoto contra el error>>. Pero, si en verdad esta aprobación confortaba su espíritu, también el cuerpo exigía su parte. Estaba vacía la despensa del Oratorio y don Bosco recurría a sus bienhechores y escribía a su Excelencia el Conde Solaro de la Margherita, Ministro y Consejero de Estado, a la sazón. Dirección Central de las Lecturas Católicas, vivamente recomendadas al señor Conde y Condesa de la Margherita. Turín, 5 de enero de 1854 Excelencia: Aunque nunca recurrí a Su Excelencia en demanda de ayuda, sin embargo, dado el interés que demuestra por las obras de caridad y la necesidad en que me encuentro, espero se digne leer cuanto le expongo. La carestía de víveres, el aumento de muchachos necesitados y abandonados, la disminución de muchos donativos de personas que ya no pueden ayudarme, me han puesto en tal aprieto que no sé cómo salir de él: prescindiendo de muchos otros gastos, sólo la cuenta del panadero, correspondiente al presente trimestre, sobrepasa las 1.600 liras, y aún no sé de dónde sacar ni un céntimo; y, sin embargo, hay que comer, y, si no doy un pedazo de pan a estos pobres chicos, que padecen necesidad y pudieran ser peligrosos, los expongo a un grave riesgo de alma y cuerpo. ((**It5.4**)) En tan excepcionales circunstancias me ha parecido oportuno encomendarme a su Excelencia en demanda de la ayuda que pueda prestarme y, al mismo (**Es5.16**))
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