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bonum est''. Y que a las almas buenas se les hace
más difícil manifestar lo favores que el Señor les
hace, que no los pecados cometidos>>.
En medio de estas larguezas de la misericordia
del Señor había empezado en los tres Oratorios
festivos la catequesis cuaresmal. Uno de aquellos
domingos dio don Bosco una plática sobre el modo
de hacerse santo, y se entretuvo especialmente en
el desarrollo de estos tres puntos: es voluntad de
Dios que nos hagamos santos; es muy fácil
conseguirlo; está preparado en el cielo un gran
premio para quien se hace santo. Estas palabras
causaron gran impresión en el alma sencilla de
Domingo Savio, que poco después decía a don Bosco:
-Siento el deseo, la necesidad, de hacerme
santo; nunca me hubiera imaginado yo que uno
pudiese llegar a serlo con tanta facilidad; pero
ahora que he visto que se puede también estando
alegre, quiero absolutamente hacerme santo.
Don Bosco alabó su propósito, le indicó que lo
primero que Dios quería de él era una constante y
serena alegría; le aconsejó que fuera perseverante
en el cumplimiento de sus deberes de piedad y
estudio, y que tomara siempre parte en los recreos
junto con sus compañeros. Al mismo tiempo, le
prohibió toda penitencia austera y las oraciones
demasiado prolongadas, porque no eran compatibles
con su edad y su salud, ni con sus ocupaciones.
Domingo obedeció, pero un día don Bosco le
encontró muy triste y exclamando:
-íAy de mí! íEstoy en un verdadero aprieto! El
Salvador dice que si no se hace penitencia, no se
podrá entrar en el paraíso, y a mí me prohíben
hacerla; >>cuál va a ser entonces mi cielo?
-La penitencia que Dios quiere de ti, le dijo
don Bosco, es la obediencia. Obedece y ya tienes
bastante.
((**It5.210**)) ->>Pero
es que no podría permitirme hacer alguna otra
penitencia más?
-Sí, se te permite ésta: soportar con paciencia
las injurias que te hagan, tolerar con resignación
el calor, el frío, el viento, la lluvia, el
cansancio y todas las indisposiciones de salud que
quiera enviarte el Señor.
-Bien, pero todo esto hay que sufrirlo por
necesidad.
-Pues lo que haya que sufrir por necesidad
ofréceselo al Señor y se convertirá en virtud, y
ganarás muchos méritos para tu alma.
->>Y nada más?
-Trabaja para ganar almas para Dios.
(**Es5.158**))
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