((**Es5.112**)
más, se convenciera de que el número de los que
que le quieren sinceramente es quizá mayor del que
usted imagina. El canónigo Anglesio, Rector de la
Obra del Cottolengo, el teólogo Borel, Rector del
Refugio, don José Cafasso, jefe de estudios y
Rector de la Residencia Sacerdotal de San
Francisco de Asís y muchísimos más comparten
conmigo los mismos ((**It5.143**))
sentimientos, y desearían tener una oportunidad
para demostrarle la verdad de cuanto afirmo.
Y puesto que usted se complace en llamarme
amigo, tendría sumo gusto de hablar con usted,
para conocer personalmente a quien quiero, sin
haberlo visto, y confirmarle lo que escribo. Si
usted quiere que le visite, o prefiere darme una
cita en la ciudad, o mejor, y sería para mí de
gran satisfacción, si quisiese venir a mi casa,
creo sería de mutua satisfacción, y no tendría que
sujetarme a nadie.
Solamente querría me indicara el día y, a ser
posible, la hora, para no salir de casa y evitar
que venga aquí y no nos encontremos.
Ruégole tenga a bien aceptar mis amistosos
sentimientos, y, mientras le ruego siga
dispensándome su amistad, le deseo todos los
favores del cielo, y me profeso,
De V.S. Ilma. y muy querida.
Turín-Valdocco,
30 de noviembre de 1854
Afmo. servidor y amigo
JUAN
BOSCO, Pbro.
De Sanctis, el infeliz sacerdote apóstata, el
escritor del impío Amigo de casa, aceptó la
invitación a condición de que don Bosco no hiciera
mención de él en sus escritos.
Y fue al Oratorio. Don Bosco lo recibió con el
bonete en la mano y así permaneció hasta que él
mismo le rogó que se cubriera; le acompañó por su
casita, le llevó a los primeros talleres, donde
Gastini hacía de librero. Luego mantuvo con él una
conversación y otras en los días siguientes. Las
cuestiones giraban, sobre todo, en torno a los
caracteres de la verdadera Iglesia.
De Sanctis admitía, como todos los
protestantes, la visibilidad de la Iglesia, como
nota clara contenida en el Santo Evangelio; pero
afirmaba que el protestantismo existía desde que
comenzó a existir el Evangelio y que él mismo era
((**It5.144**)) la
sociedad visible de los que creen en Jesucristo y
conservan su auténtica doctrina.
-Pero, >>dónde estaba vuestra iglesia antes de
Lutero y de Calvino?, le objetaba don Bosco;
>>dónde estaba el protestantismo durante los mil
quinientos años que pasaron desde la Iglesia
primitiva hasta la Reforma? Si la sociedad de
aquellos hombres era visible, debió tener siempre
jefes: déme, pues, su nombre, su patria, sucesión,
época en que vivieron, lugar donde habitaron, su
culto, su liturgia, dogmas, moral, disciplina. No
le pido muchos nombres: déme el nombre de un solo
hombre que haya profesado, antes de Lutero y de
Calvino, la doctrina que ahora profesa el
protestantismo.
->>Un nombre? Ya lo creo que lo hay.
(**Es5.112**))
<Anterior: 5. 111><Siguiente: 5. 113>