((**Es5.105**)
>>Yo le contesté:
>>-Sí, señor.
>>Y él agregó:
>>->>Y éste, que está a tu lado, es tu hermano?
>>-Sí, señor, ((**It5.132**))
>>-Bueno, ítambién él vendrá!
>>Unos días después, nos llevaron a los dos al
Oratorio; yo tenía trece años y mi hermano once.
Mi madre había muerto del cólera, y mi padre
estaba con el mismo mal.
>>Pasaron diecisiete años y hablaba yo de esto
con don Bosco, enfermo en Varazze:
>>->>Se acuerda, don Bosco, de cuando su madre
le reñía porque aceptaba siempre chicos nuevos?
Decía ella: -No acabas de traer niños nuevos, pero
>>cómo mantenerlos y vestirlos? En casa no queda
nada y em pieza a hacer frío.
>>En efecto, a mí, recién entrado, me tocó
dormir varias noches sobre un montón de hojas
secas de maíz, sin más que una pequeña manta
encima. Durante la noche, cuando estábamos todos
en la cama, usted, don Bosco, y su mamá, nos
arreglaban los pantalones y la chaqueta rota,
porque no teníamos otra ropa que ponernos.
>>Sonreía don Bosco, oyéndome hablar, y decía:
>>-íCuánto trabajó mi buena madre! íSanta
mujer! íPero nunca nos faltó la Providencia!>>.
Cuando terminó la mortandad, a primeros de
diciembre, el Ayuntamiento cerró el orfanato
provisional y colocó a los niños en varios centros
benéficos. Veinte de los más pequeños se los
confiaron a don Bosco y se convirtieron en sus
hijos adoptivos. Formaban una clase aparte, que,
en broma, los compañeros bautizaron con el nombre
de bassignana, por componerse de los más pequeños
o bajos de estatura. Y antes de terminar el año,
cuenta Pedro Enría, recogía don Bosco a otros
treinta de la misma edad.
La enseñanza dada a los huerfanitos de Santo
Domingo y el colocar a buena parte de ellos en el
internado de San Francisco de Sales, fueron dos
sucesos que agradaron ((**It5.133**)) mucho a
la Comisión de beneficencia pública, recién
establecida en Turín, y el Alcalde escribía a don
Bosco la siguiente carta:
CIUDAD DE TURIN Turín, 7
de diciembre de 1854
Ilmo. Señor:
El infrascrito Alcalde, en nombre de la
Comisión de beneficencia pública para los pobres
enfermos del cólera y sus familias, se apresura a
rendir a V.S. Ilma. las más
(**Es5.105**))
<Anterior: 5. 104><Siguiente: 5. 106>