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él mismo se lo pidió formalmente por escrito. Y el
Alcalde respondió:
Turín,
31 de octubre de 1854
Habiéndose amablemente ofrecido V.S. Ilma. a
enseñar a los pobres huérfanos, recogidos
provisionalmente en el orfanato de Santo Domingo,
y habiendo comunicado su oferta el Alcalde que
suscribe la presente, al Comité central de
beneficencia, éste la aceptó de buen grado y
encargó al que escribe la agradable encomienda de
transmitir a V. S. las más rendidas gracias.
Por lo tanto, al cumplir el encargo recibido,
ruégale el que suscribe tenga a bien presentarse
en dicho orfanato, cuando pueda, para ponerse de
acuerdo con el Sr. Ioassa, administrador del
mismo.
Al renovarle mi personal agradecimiento, me
cabe el honor de profesarme, con la expresión de
mi alto aprecio y consideración,
El Alcalde Presidente
NOTTA
((**It5.131**)) Así
pues, empezó don Bosco a dividir su tiempo con los
enfermos y pobres huérfanos, pasando varias horas
del día con ellos.
Para impartirles los conocimientos necesarios,
escogió algunos jóvenes bien preparados del
Oratorio y algún clérigo, y los destinó a darles
clase a horas determinadas e instruirles en la
Doctrina Cristiana.
Y así se hizo hasta el final de noviembre. Pero
no hay que creer que don Bosco empezó a cuidarse
de los huérfanos de Santo Domingo solamente cuando
lo pidió.
Pedro Enría, nuestro hermano, nos dejó escrito:
<>->>Quieres venirte conmigo? íSeremos siempre
buenos amigos, hasta que podamos ir al paraíso!
>>Te gusta?
(**Es5.104**))
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