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((**Es4.87**) justicia, caía sobre el orden sacerdotal un gran deshonor con la condena de don Antonio Grignaschi. Había éste nacido en Corconio, en la ribera de San Giulio, cerca de Orta, diócesis de Novara. Ordenado sacerdote, alcanzó la parroquia de Cimamulera en 1843. Empezó, con sacrílego engaño, a hacer creer que él era Dios que hacía su tercera manifestación, esto es, el mismo Jesucristo nuevamente encarnado. Decía que había bajado a la tierra para fundar una nueva Iglesia, que debía sustituir al Catolicismo, y en consecuencia, predicaba máximas contrarias a la verdadera fe. Realizaba, además, cosas maravillosas y extrañas que no podían atribuirse más que a intervención diabólica, pero sus admiradores decían que eran milagros divinos. Decía que una mujer, por él seducida, Lana, era la Virgen María. La mujerzuela se prestaba a representar la comedia: ostentaba vestidos y actitudes que, a su entender, eran propias de la Virgen; y Grignaschi hacía que se subiera sobre un escaño en medio de la iglesia, con velas encendidas ante ella, como si fuera una estatua. ((**It4.101**)) Las mujerucas afiliadas a la nueva secta se arrodillaban ante ella y le rezaban. Un eclesiástico, mandado por la Curia, entró en la iglesia y vio la impía veneración tributada a aquella despreciable mujer; pero no dijo nada para no armar jaleo. Se dirigió a la sacristía y preguntó al sacristán: ->>Qué fiesta celebráis hoy? -Aquí no hay ninguna fiesta ahora. ->>Cómo se llama la Virgen de la estatua que hay en la iglesia? -íAh!, añadió el sacristán levantando los hombros; es la Virgen roja. ->>Cómo? >>La virgen roja? -Sí, sí, la Virgen del reverendo Grignaschi. El obispo de Novara que se enteró de estas patrañas sacrílegas, destituyó a Grignaschi de la parroquia y le suspendió del ministerio sacerdotal. Este marchó a Turín, se presentó en el Oratorio y expuso su doctrina a don Bosco, el cual, horrorizado, trató con razones y promesas sacarlo del mal camino. Pero no lo consiguió, y Grignaschi, después de haber vagado por varios lugares de la zona de Casale, se estableció finalmente en una aldea cerca de Viarigi, pequeño lugar de la región de Asti, acompañado de la Virgen roja, que era su criada. Este fue el teatro principal de sus hazañas, poco gloriosas. Con nuevas artes de maravillas espiritistas, engañó al administrador de la parroquia y a los sacerdotes de los alrededores, y con sus herejías enloquecía y pervertía a gran parte de aquella población.(**Es4.87**))
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