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perversa no entra la sabiduría, no habita en
cuerpo sometido al pecado), dice el Señor (Sap. I,
4).
7. La virtud que de un modo particular se
aconseja a los estudiantes es la humildad. Un
estudiante soberbio es un estúpido ignorante. El
principio de la sabiduría es el temor de Dios:
Initium sapientiae timor Domini, dice el Espíritu
Santo. El principio de todo pecado es la soberbia:
Initium omnis peccati superbia scribitur, dice San
Agustín.
SEGUNDA PARTE
Disciplina de la Casa
CAPITULO I
La piedad
1. Acordaos, jóvenes, de que hemos sido creados
para amar y servir a Dios nuestro creador, y que
de nada nos aprovecharían todas las riquezas del
mundo sin el temor de Dios. De este santo temor
depende todo nuestro bien temporal y eterno.
2. A mantenerse en el temor de Dios y a
asegurarnos la salvación del alma contribuyen la
oración, los santos sacramentos y la palabra de
Dios.
3. La oración sea frecuente y fervorosa, y
nunca se haga de mala gana o molestando a los
compañeros; es mejor no rezar que rezar mal. Lo
primero que debéis hacer por la mañana al
despertaros es la señal de la santa cruz y elevar
el pensamiento a Dios con alguna oración
jaculatoria.
Elegíos un confesor fijo y descubridle todos
los secretos de vuestro corazón cada quince días o
al menos una vez al mes. San Felipe Neri, el gran
amigo de la juventud, recomendaba a sus hijos
confesarse cada ocho días y comulgar aún más a
menudo de acuerdo con el confesor.
5. Asistid devotamente a la santa misa y no os
olvidéis que la iglesia es la casa de Dios y lugar
de oración.
6. Haced a menudo lectura espiritual y oíd con
atención los sermones y demás instrucciones
morales. No salgáis nunca de los sermones sin
llevaros alguna máxima que practicar durante
vuestras ocupaciones.
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