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((**Es4.574**) perversa no entra la sabiduría, no habita en cuerpo sometido al pecado), dice el Señor (Sap. I, 4). 7. La virtud que de un modo particular se aconseja a los estudiantes es la humildad. Un estudiante soberbio es un estúpido ignorante. El principio de la sabiduría es el temor de Dios: Initium sapientiae timor Domini, dice el Espíritu Santo. El principio de todo pecado es la soberbia: Initium omnis peccati superbia scribitur, dice San Agustín. SEGUNDA PARTE Disciplina de la Casa CAPITULO I La piedad 1. Acordaos, jóvenes, de que hemos sido creados para amar y servir a Dios nuestro creador, y que de nada nos aprovecharían todas las riquezas del mundo sin el temor de Dios. De este santo temor depende todo nuestro bien temporal y eterno. 2. A mantenerse en el temor de Dios y a asegurarnos la salvación del alma contribuyen la oración, los santos sacramentos y la palabra de Dios. 3. La oración sea frecuente y fervorosa, y nunca se haga de mala gana o molestando a los compañeros; es mejor no rezar que rezar mal. Lo primero que debéis hacer por la mañana al despertaros es la señal de la santa cruz y elevar el pensamiento a Dios con alguna oración jaculatoria. Elegíos un confesor fijo y descubridle todos los secretos de vuestro corazón cada quince días o al menos una vez al mes. San Felipe Neri, el gran amigo de la juventud, recomendaba a sus hijos confesarse cada ocho días y comulgar aún más a menudo de acuerdo con el confesor. 5. Asistid devotamente a la santa misa y no os olvidéis que la iglesia es la casa de Dios y lugar de oración. 6. Haced a menudo lectura espiritual y oíd con atención los sermones y demás instrucciones morales. No salgáis nunca de los sermones sin llevaros alguna máxima que practicar durante vuestras ocupaciones. (**Es4.574**))
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