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>>Eso es el espiritismo. Y Dios repitió sus
amenazas por boca de Oseas, porque <>. He
ahí las mesas rotatorias y los caballetes que
golpean y escriben. Probaba a continuación con la
historia cómo todo el mundo pagano antiguo y
moderno, y también ciertas épocas del mundo
cristiano, han testimoniado la acción malvada,
hipócrita, cruel, disimulada de mil maneras y
ocasiones por un espíritu inteligente que no podía
ser otro más que el demonio. Excluido, pues, de
estos fenómenos, el elemento natural físico,
fisiológico, sicológico y científico, cuyas leyes
siempre conoció más o menos claramente la ciencia
médica y naturalmente las admitió; dejando de lado
toda charlatanería y magnetizadores embaucadores
de las bolsas, concluía que el elemento
sobrenatural ((**It4.734**)) en el
espiritismo magnético era la nota dominante. Por
esto, aludiendo a muchos hechos maravillosos, no
conciliables con las leyes de la naturaleza,
narrados por personajes autorizados y por los
mismos magnetizadores, demuestra hasta la
evidencia que ha habido necesariamente la
intervención del demonio, y que, en esas
condiciones, el sonambulismo es una obsesión
temporal, pues tiene todas las contraseñas con las
que la santa Iglesia caracteriza a los obsesos.
Y esto es suficiente. Don Bosco imprimió varios
millares más de ejemplares y los difundió por
doquier, puesto que aquella impiedad como sierpe
seductora, seguía abriéndose camino entre las
familias, con gravísimo daño moral y material para
los individuos, las familias y la sociedad.
También el teólogo Marengo, su amigo, publicaba en
el 1865, para las personas cultas, el Espiritismo
desenmascarado de hoy, presentándolo como impío,
insinuador y propagador del panteísmo y del
materialismo y, por consiguiente, moral y
físicamente maléfico, obra diabólica y emanación
del infierno.
>>Se podía hacer más? Solamente rogar: ab
insidiis diaboli libera nos, Domine (líbranos,
Señor, de las asechanzas del demonio).
2 Oseas, IV, 12.
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