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quien hizo que me convirtiera, quien puso de nuevo
en mí la imagen de Dios, que había olvidado y
perdido>>.
Se cumplía el axioma filosófico e histórico de
Novalis 1 que donde no está Dios, reinan los
espectros. Con el crecimiento de la impiedad y del
vicio, crecía también la audacia del espíritu
maligno, ansioso de recuperar el imperio que
ejercía durante los siglos del paganismo; y Dios
permitía que extendiese sus horrendas
manifestaciones y vejámenes aún fuera del lugar de
las evocaciones espiritistas. El teólogo Tomás
Chiuso, en su apreciada obra La Iglesia en el
Piamonte, de 1797 hasta nuestros días, da pruebas
incontestables de comunicaciones diabólicas,
sucedidas en Turín y en otras partes durante
aquellos años 2. El mismo don Bosco se encontró
varias veces frente a estas comunicaciones y
obsesiones y venció a los espíritus malignos con
armas espirituales. Exponemos a continuación sólo
dos hechos; los demás, a su tiempo.
El teólogo Ascanio Savio escribió a su hermano
Angel, que moraba en el Oratorio, la siguiente
carta para que don Bosco estuviese al corriente de
lo que sucedía en su pueblo y pidiéndole consejos
y oraciones.
Queridísimo Angel:
Te comunico el suceso de las piedras, del que
tanto se ha hablado. El día 10 de este mes, al
anochecer, encontrábanse en la cuadra 3 de mi
madrina, la tía enferma en cama y la buena
Angelina ((**It4.729**)) que la
asiste, cuando de repente sienten un ruido... tan,
tan... contra la puerta de la habitación por la
parte de fuera. Angelina abre y no ve a nadie.
Tan, tan..., otra vez abre: observa más
atentamente, pero, como antes, no hay nadie. Tan,
tan..., por tercera vez. Angelina estaba intrigada
y decía: <<íEstos bribones de muchachos ponen a
prueba la paciencia!>>. Salió con intención de
amenazarlos, pero ni les vio ni les oyó. <>, dijo para sí; volvió a la
habitación y quiso quedar tranquila. Pero mientras
tanto oyó que caían piedras en la era, que
golpeaban la ventana de la habitación, que
entraban en ella aunque estaba bien cerrada la
puerta de modo
1 Novalis (Seudónimo de Federico Leopoldo Von
Hardenberg, 1772-1801 ). Poeta y dramaturgo
alemán. Fue quizás el más característico de los
románticos alemanes, que ejerció gran influencia
en los modernos neorrealismos. (N. del T.).
2 Vol. IV, cap. II.
3 La gente de las alquerías dormía en la cuadra
de los animales, para defenderse del frío. Pero,
aparte: media cuadra era para los animales y otra
media para las personas. Y el calor animal para
todos... (N. del T.).
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