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tuvo nada que decir. Más tarde, en 1855, aunque se
quitó la asignación al clero del Piamonte, el
gobierno confirmó la que antes había establecido
para el culto valdense; y, entre otras pruebas de
benevolencia, dispensó de examen a los profesores
herejes del colegio de Torre di Luserna 1.
Entre tanto, cosa singular, antes de la
inauguración del templo, los valdenses dirigían
sus escarnios contra don Bosco, reconociéndole
como uno de los primeros enemigos. El Rogantino
Piemontese, en su número del 2 de octubre de 1853,
en un artículo titulado Fray Homero, después de
vilipendiar a los católicos de la forma más
estúpida, escribía: <>.
Da la impresión de que habían llegado a los
oídos de los valdenses las palabras de don Bosco,
más tarde repetidas por él varias veces en el
curso de los años, hasta 1886: <((**It4.691**))
Inmaculada. El tiempo y la manera quedan en las
manos de Dios, pero esto ciertamente sucederá>>.
Así continuaba don Bosco sus batallas, como
quien está seguro de la victoria, y su
tranquilidad se manifestaba con la siguiente
cartita, enviada a su profesor el teólogo
Appendino a Villastellone.
Dirección central de las Lecturas Católicas
Muy querido señor Teólogo:
La carta de don Miguel Angel Chiattellino me
llegó demasiado tarde, por lo que no me fue
posible organizar el viaje de los cantores a
Villastellone, de acuerdo con los deseos de V. S.
muy apreciada:
aumentó las dificultades una comida celebrada hoy
por la Sociedad Obrera de este Oratorio a la que
pertenecen los cantores.
Si, muy a pesar mío, no he podido esta vez
cumplir mi deseo y el
1 Pueblo próximo a Pinerolo, donde los
valdenses tenían, y tienen un seminario. (N. del
T.).
(**Es4.527**))
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