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deseo era el de otra casa religiosa. La única
congregación que en aquellos tristes momentos
hubiera podido secundar sus deseos, con seguridad
de permanencia, era la de los Rosminianos. Había
hablado con el abate Rosmini, y casi quedó
resuelto el problema. Rosmini compraría un terreno
próximo al Oratorio en Valdocco. Allí construiría
un amplio edificio, para morada fija de una
comunidad de sus religiosos. Estos sacerdotes
ayudarían a don Bosco a confesar, predicar y hacer
progresar la obra de los Oratorios.
Teniendo en cuenta este proyecto, y después de
una carta recibida sobre el particular, se
determinó don Bosco a escribir la siguiente:
((**It4.630**))
<>
No tardó el abate Rosmini en ir a Turín, y
después de haber hablado con don Bosco, ya que
esperaba gran provecho espiritual de aquel
proyecto, volvió a Stresa dejando a don Bosco tres
mil liras en préstamo a corto plazo. Había sido
testigo de sus estrecheces y le ayudaba en cuanto
podía. Se ve esto muy claro, a través de las dos
cartas siguientes.
(**Es4.481**))
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