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((**Es4.473**) prefiriendo exponerse a padecer cualquier mal, antes que vivir en peligro de perder el honor y la religión. El negociante se quedó en casa con su hijo Luis, al que llevaba cada semana a los sermones de los protestantes. ((**It4.619**)) Al principio Luis lloraba y decía que no quería de ningún modo continuar así, pero después se calmó, y parecía que no iba de mala gana. Hasta que el padre un día le preguntó si estaba decidido a hacerse protestante también él, advirtiéndole que de aquel modo tendría un pedazo de pan. Luis se rió y no dijo nada. El padre, suponiendo que aquella risa era una señal de afirmación, avisó al pastor protestante de que al día siguiente su hijo renunciaría al catolicismo y se haría inscribir en su registro. Pero Luis tenía otro plan. Amaestrado por su prudente madre y por su hermana, aconsejado por don Bosco, cuando fue su padre a buscarle a casa para acompañarle al templo, ya no lo encontró. Sin decir nada a nadie, había huido de casa dejando escrito en un trozo de papel: antes morir que hacerme protestante. Es de imaginar la locura del padre al verse chasqueado de aquel modo. Reflexionando sobre la deshonra y las burlas de que podía ser objeto entre sus compañeros, se dio a buscar a su hijo por todas partes, para lograr su intento; mas, por fortuna, no pudo encontrarlo. >>A dónde había escapado? Al Oratorio de San Francisco de Sales, con don Bosco. Allí permaneció escondido durante las primeras semanas; después, habiéndose mezclado con los compañeros que empezaban a hablar de aquel suceso, don Bosco recomendó más prudencia a Luis y secreto a los demás. Pero, habiendo sabido más tarde que el padre seguía obstinadamente sus investigaciones, lo alejó durante algún tiempo, enviándolo a un lugar seguro. Finalmente, cuando desapareció todo peligro, volvió a llamarlo y vivieron tranquilos. Poco tiempo después, presentaban los compañeros a don Bosco un joven de diecisiete años, que había nacido protestante valdense. Era un muchacho inteligente, aprovechado en los estudios y ((**It4.620**)) había estudiado la Biblia y leído muchos libros contra el catolicismo: estaba lleno de prejuicios. Pero sintió atraído su noble y generoso corazón por la bondad de don Bosco. Sostuvo con él unas cuantas charlas, y le desapareció toda aversión contra la verdadera Iglesia de Jesucristo. Le aclararon las dudas sembradas en su cabeza por los pastores protestantes y, después de vencer muchas dificultades por parte de los padres, abjuró finalmente de sus errores y se hizo católico. Indignados los de su casa, le arrojaron fuera de la familia; pero él permaneció (**Es4.473**))
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