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para poner en guardia al Senado contra un
sentimiento de humanidad, cuyo efecto podría
resultar muy diverso del que se propone evitar.
Dicho esto, el senador Giulio proponía la
llamada orden del día contra la petición del
profesor Bruno, es decir, proponía que el Senado
pasara a otra cosa, sin tomarla en consideración y
sin presentarla ni recomendarla al Gobierno del
Rey.
((**It4.45**))
Presidente.- Como el senador Giulio propuso la
orden del día, yo la paso a votación, porque tiene
la precedencia. Los que deseen pasar a la orden
del día tengan la bondad de ponerse en pie.
Efectuada la prueba y contraprueba quedó
aprobada la orden del día del senador Giulio y, en
consecuencia, quedó desatendida la mencionada
petición.
El mal resultado de la primera petición hacía
temer que tocara la misma suerte a la segunda;
pero el resultado fue muy otro. Y he aquí el
afortunado éxito de la petición de don Bosco, a
pesar de la oposición del senador Giulio.
Senador Pallavicini.- Parecida, por el objeto y
el fin que se propone, a la petición que tuve el
honor de presentaros, aunque difiere algún tanto
en los medios a emplear, es la petición número 48,
perteneciente al distinguido y celoso eclesiástico
de esta ciudad, el sacerdote Juan Bosco.
También él, deseoso del bien de los muchachos
descarriados y de toda la sociedad, dedicóse desde
hace ya algún tiempo, con aprobación de la
Autoridad Eclesiástica y Civil, a reunir en los
días festivos y en distintos lugares, a jovencitos
de doce a veinte años, y son más de quinientos los
que asisten al Oratorio situado en Valdocco.
Como allí no cabían, por su creciente número,
hace tres años abrió otro en Puerta Nueva, y
últimamente un tercero en Vanchiglia; en estos
tres lugares con instrucciones, clases y recreos,
se inculcan las buenas costumbres, el amor al
bien, el respeto a las autoridades y a las leyes,
según los principios de nuestra santa Religión; a
todo eso se añaden las clases de elementos de la
lengua italiana, aritmética y sistema métrico; y
finalmente abrió un hogar para albergar veinte o
treinta jóvenes de los más abandonados y
necesitados.
La santa obra se sostiene con los socorros de
celosas y caritativas personas eclesiásticas y
seglares, ya que la ciudad de ((**It4.46**)) Turín no
se queda atrás cuando se trata de instituciones
piadosas y de donativos en favor del pobre y del
ignorante.
Pero los gastos van creciendo cada año, y el
Postulante se encuentra gravado con el arriendo de
los locales, que asciende a dos(**Es4.45**))
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