((**Es4.427**)
dificultad ((**It4.556**)) para
habituarse a otros confesores. El inculcaba a los
penitentes aquella máxima de San Felipe Neri:
-<>-,
queriendo con ello que confiasen del todo en su
eterna salvación.
Y la frecuencia de los sacramentos era un
resorte poderoso para llevar a todos por el camino
de la obediencia con paz y alegría. En
consecuencia, la nota característica del Oratorio
era una ruidosa desenvoltura de modos, una vivaz
distribución de juegos, unida a una religiosidad y
moral totales junto a una gran diligencia en el
cumplimiento de sus deberes. Eran muchos los
muchachos estupendos, modelos verdaderos y
ejemplares para los demás compañeros que en él
había. Centenares de antiguos alumnos, sacerdotes
y seglares, aseguran que no recuerdan sucediera en
sus tiempos ningún desorden grave.
El canónigo Ballesio escribió: <>.
Con qué gusto saltaban a sus labios aquellas
expresiones que le eran tan familiares, mientras
aparecía en su rostro la fe que inflamaba su
corazón:
-íQué bueno es el Señor con nosotros, al no
permitir que nos falte nunca nada! Sirvámosle
agradecidos. íAmenos a Dios; amémosle porque es
nuestro Padre! íTodo pasa: lo que no es eterno, no
vale nada!
Evidentemente resalta, y en muchas otras
páginas volveremos a hablar de ello, cómo el
método de educación elegido por don Bosco ((**It4.557**)) era la
bondad, sabia y suavemente adaptada a la edad
juvenil. íCuánto sería de desear que este sistema
se introdujera en todas las familias salesianas,
en todos los centros de educación públicos y
privados, masculinos y femeninos! Mucho más fácil
resultaría la práctica del bien para la juventud;
más rápida sería la medicina, apenas apareciese el
mal, como seguridad para los niños buenos e
inocentes, frente a los malos ejemplos de los
pervertidos. Entonces no se tardaría en alcanzar
una juventud más morigerada y piadosa, una
(**Es4.427**))
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