((**Es4.423**)
un jovencito sabe distinguir entre Pan y pan
revela suficiente instrucción, no se mida la edad:
entre el Soberano celestial a reinar en su bendita
alma.
>>8. Los catecismos recomiendan la comunión
frecuente; San Felipe Neri la aconsejaba semanal,
y aún más a menudo. El Concilio Tridentino dice
bien claro que desea ardientemente que todo fiel
cristiano, cuando oye la santa misa, reciba
también la comunión. Pero esta comunión no sea tan
sólo espiritual, sino sacramental, a fin de sacar
mayor fruto del augusto y divino sacrificio>>.
La utilidad de este sistema educativo no puede
escapar a la consideración de una persona
juiciosa; sin embargo, para mejor persuadirles,
sigue diciendo don Bosco:
((**It4.551**)) <>A las ventajas arriba expuestas, añado aquí
estas otras:
>>1. El alumno tendrá siempre gran respeto a su
educador, recordará complacido la dirección de él
recibida y considerará en todo tiempo, a sus
maestros y superiores como padres y hermanos
suyos.
>>2. Cualquiera que sea el carácter, la índole
y el estado moral de un jovencito al entrar en el
colegio, los padres pueden vivir seguros de que su
hijo no empeorará de conducta, antes mejorará.
Muchos jovencitos que fueron por largo tiempo
tormento de sus padres y hasta expulsados de
correccionales, tratados según estos principios,
cambiaron su manera de ser: se dieron a una vida
cristiana, ocupan ahora en la sociedad honrosos
puestos, y son apoyo de la familia y ornamento del
lugar donde viven.
>>3. Los alumnos maleados que, por casualidad
entraren en un colegio, no pueden dañar a sus
compañeros, ni los niños buenos ser por ellos
perjudicados; porque no habrá tiempo, ni ocasión,
ni lugar a propósito; pues el asistente, a quien
suponemos siempre con los niños, pondría enseguida
remedio>>.
Cierra don Bosco su tratadito con una palabra
sobre los castigos. >>Qué regla hay que seguir,
pregunta, para castigar?
Y responde: a ser posible no se castigue nunca;
((**It4.552**)) cuando
la necesidad lo exigiere, recuérdese lo
siguiente:(**Es4.423**))
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