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dispuso se abrieran en tres puntos principales de
la ciudad; y el otro, probar si el Señor ha
escogido este momento y este medio para extender
el Instituto a la Capital, y así aliviar las
muchas y gravísimas heridas hechas y que amenazan
hacerse a la Religión. Como bien se ve, ((**It4.40**)) se
necesita toda la sencillez de la paloma, mas sin
olvidar la prudencia de la serpiente. Tenerlo todo
hábilmente secreto para que el hombre enemigo no
corra a sembrar cizaña.
Pero como las cosas públicas deben ser
legalizadas públicamente, para que ninguna de las
partes sufra daño alguno ante la ley, presento al
efecto a su Ilmo. y Rvdmo. Superior el siguiente
proyecto que me parece puede tranquilizar el ojo
del público sin que sospechen de nosotros.
1. Se trata de construir un edificio de tres
plantas, con una iglesia adjunta para el Oratorio.
El edificio se construiría en un terreno rodeado
de tapia, de treinta y ocho áreas, o cien tablas,
en Porta Susa, -zona de Valdocco-.
2. El sacerdote Bosco cede seis habitaciones, y
aún más, al Instituto de la Caridad, para los
estudiantes que vinieran a hacer sus estudios en
la capital, o para otros, según el parecer del
Superior. En este caso se ofrece campo abierto
para el ejercicio de la caridad en favor de
Oratorios, hospitales, cárceles, escuelas, etc.
3. El sacerdote Bosco está dispuesto a
prestarse en todo lo que pueda redundar en honor y
ventaja del Instituto.
4. El Instituto de la Caridad contribuiría a la
fabricación p.e. con doce mil liras, a entregar en
varios plazos: al comienzo, a la mitad, al
terminar las obras.
5. Esta cantidad quedaría garantizada con la
hipoteca sobre el terreno y sobre el mismo
edificio.
6. En caso de muerte del sacerdote Bosco, el
Instituto adquiere la propiedad de una parte del
edificio, a determinar, o bien tendría derecho a
la parte ya suministrada. Esto solamente en el
caso de que no se haya dispuesto otra cosa en
favor del Instituto por vía testamentaria.
Este es mi parecer; pero tenga en cuenta que el
Gobierno y la Ciudad, propicios a la instrucción
pública, son favorables a los Oratorios, y ya han
manifestado varias veces ((**It4.41**)) deseo de
establecer escuelas en los tres Oratorios; lo que
no he podido secundar todavía por falta de
maestros.
En resumen: mi intención es procurar un favor
al Instituto de la Caridad, haciendo que entre
insensiblemente en la capital. Si es ésta la
voluntad del Señor, podremos hacer la
prueba.(**Es4.41**))
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