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((**Es4.38**) Los dos se entretuvieron después hablando un buen rato con don Bosco, y desde entonces se convirtieron en admiradores, amigos y bienhechores del Oratorio. Cuando se despidieron, los muchachos a quienes había dado catecismo el canónigo, preguntaron a don Bosco quién era aquel sacerdote, y él les respondió: -Ese sacerdote es uno de los escogidos para hacerle obispo. Vive en Vercelli y es un canónigo de aquella Archidiócesis. Efectivamente, el canónigo Degaudenzi fue después Obispo de Vigevano y una insigne lumbrera del Episcopado Católico. El abate Rosmini volvió a visitar a don Bosco otras veces, acompañado por el marques Gustavo de Cavour. <((**It4.36**)) asistió a las funciones religiosas del Oratorio, que tenían para nosotros un encanto singular. Quedó tan entusiasmado que las comparaba a las que celebran en los países salvajes en medio de la floresta, o en las escondidas iglesias de las misiones, en ciudades todavía paganas, como las de la China y de la India. Sorprendió también a don Bosco instruyendo a un buen grupo de jovencitos bajo una morera. Fue para él un espectáculo consolador del que dijo después: >>-La amable tranquilidad de aquel buen sacerdote es un indicio de su anhelo por el descanso eterno del paraíso, al que llegará con millares de almas por él salvadas, las cuales, como ahora en tierra, le harán un día afectuosa corona en la gloria de los bienaventurados. >>Fue también al Oratorio un día de entre semana, cuando los artesanos volvían del trabajo. Don Bosco los reunió ante el Abate, que hizo preguntas a unos y a otros y tuvo para todos, también para mí, una palabra de estímulo; visitó después nuestra casita y quedó conmovido ante su extrema pobreza>>. En otra ocasión los alumnos del Oratorio representaban un pequeño drama, original del mismo don Bosco, ante Rosmini y el marqués de Cavour, en cuya casa se hospedaba el Abate a su paso por Turín. Juan Turchi fue el protagonista. Cuando Rosmini iba a Valdocco solía estar mucho rato, y con familiar confianza, en la habitación de don Bosco. Ya en las primeras visitas le había confiado que tenía una cantidad de dinero de su Instituto para ponerla a rédito en un banco, y le pedía su parecer y sugerencia. Pero que preferiría prestársela a alguna familia honrada(**Es4.38**))
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