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->>Cuál?
-Un terremoto horrible.
->>Cuándo será?
-Para otro año. íAy, ay de Turín el veintitrés
de abril!
->>Y que tenemos que hacer?
-Rezar a San Luis para que proteja al Oratorio
y a los que habitan en él.
Poco más tarde moría santamente en el hospital
del Cottolengo.
Dadas sus grandes virtudes y aquel acento, como
inspirado, con el que pronunciaba sus lamentos
(íay, ay!) los jovencitos de la Casa quedaron
profundamente impresionados y aceptaron
respetuosamente el consejo. A petición de los
mismos se añadió a las oraciones comunitarias de
la mañana y de la noche un Padrenuestro, Avemaría
y Gloria, a San Luis, con la jaculatoria: Ab omni
malo libera nos, Domine (Iíbranos Señor, de todo
mal), práctica que dura todavía en nuestras Casas.
El periódico A rmonía publicó el hecho y otro
periódico impío dedujo que los curas eran los que
habían prendido fuego al polvorín: era una loca
insinuación, que podía encender sangrientas
pasiones de venganza en ciertos casos.
El daño material ocasionado por la explosión
del polvorín fue inmenso; muchos edificios de los
alrededores sufrieron tanto, que hubo que
derribarlos porque no admitían reparación. El
Gobierno nombró una Comisión, encargada de
examinar las casas más perjudicadas, para conceder
una ((**It4.402**))
subvención a los propietarios más pobres y hacer
las reparaciones necesarias. La Comisión fue
tambien al Oratorio de don Bosco y, vistos los
daños, le concedió trescientas liras. La Cámara de
Diputados le envió otras doscientas 1.
No podemos callar otro suceso.
Después de las dos explosiones descritas y el
anuncio de una tercera
1 Cámara de Diputados -Comisión de los
Cuestores (eran éstos los diputados encargados del
orden de la Asamblea).
Habiendo deliberado esta Comisión de la
Presidencia que con motivo de la fiesta del
Estatuto, ha poco celebrada, fueran retiradas de
los fondos de la Cámara y concedidas al Instituto
de los Pequeños Artesanos, por vuestra V. S. Ilma.
tan dignamente dirigido, doscientas liras, me
apresuro a ponerlo en su conocimiento, enviándole
al mismo tiempo una orden de pago de dicha suma
que V. S. podrá retirar, cuando le plazca, en la
Secretaría de esta Comisión con la simple
presentación de la mentada orden.
Aprovecho la oportunidad para presentar a V. S.
Ilma. los sentimientos de mi más profundo aprecio.
Turín,
14 de mayo de 1852
El
Cuestor
VALVASSORI
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