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cristiana de los muchachos pobres, que se reúnen
en el Oratorio público del Santo Angel Custodio,
en la zona de Vanchiglia de esta ciudad, creemos
apreciar vuestro trabajo dándoos, por la Presente,
público testimonio de nuestro pleno
agradecimiento, nombrándoos Director Espiritual
efectivo de dicho Oratorio, con la única condición
de que a través de Vos se conserve siempre
fielmente la unidad y la dependencia del señor
Juan Bosco, Director General del Oratorio de San
Francisco de Sales en Valdocco y fundador de esta
pía institución, confiriéndoos las facultades
necesarias y oportunas para tan santo fin.
Mandamos mientras tanto insertar en las actas
de nuestra Curia ((**It4.381**))
Arzobispal este decreto original, facultando a
nuestro Canciller para sacar copia.
Dado en Turín al treinta y uno de marzo de mil
ochocientos cincuenta y dos.
Firmado en el original por: FELIPE
RAVINA, Vic. Gen.
Sellado y suscrito: VALLADORE,
Canciller
Es copia del original
VALLADORE, Canciller
Una derrota más clara no podían esperarla los
adversarios de don Bosco. Todas sus pretensiones
de supremacía en los tres Oratorios se habían
convertido en humo. <>1.
Pero >>qué sucedía mientras tanto con los
antiguos catequistas?
No se habían atrevido a abandonar del todo a
don Bosco; sino que los domingos por la mañana se
presentaban a él un instante y luego acudían al
nuevo centro, donde les esperaba don Rodrigo. Por
la tarde no aparecían, ya que todos se reunían en
el Oratorio de San Martín. Un día dijo don Bosco a
Carlos Gastini estas textuales palabras:
-Me abandonan todos, pero yo cuento con Dios y
>>qué puedo temer? La obra no es mía, sino suya:
El pensará cómo llevarla adelante.
Durante algunos domingos don Bosco aguantó;
pero viendo que la pesada broma continuaba,
decidió acabar con ((**It4.382**)) los que
querían,
1 Prov. VI, 16-19.
(**Es4.295**))
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