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se le va a uno la boca a donde está el corazón,
sucedió que don Rodrigo, que tenía muchas
relaciones en la ciudad, desprestigiaba al pobre
don Bosco, con pasión que él llamaba celo; y con
ello perdió las amistades de muchos de los que le
socorrían. Creemos pertenece a aquellos tiempos el
hecho que narró el teólogo Leonardo Murialdo, con
relación a la mansedumbre de don Bosco:
<((**It4.378**)) habían
murmurado de él y lo que él mismo se creyó
obligado a decir al jefe de los murmuradores:
-Considere el perjuicio que usted me ha hecho, le
dije: me ha obligado a cambiar de bienhechores.
-Don Bosco no dudaba del crecimiento de sus obras,
porque estaba seguro de que siempre contaría con
cooperadores, pero sentía el cambio, ya que se le
apartaban algunos de sus primeros y queridos
apoyos>>.
Pero monseñor Fransoni se sumaba a la ayuda de
don Bosco en esta lucha. Informado en el
destierro, de aquellas malas artes, animó primero
a don Bosco y después quiso defenderle. Le nombró
oficialmente Director General de todos los
Oratorios por él fundados, con el siguiente
decreto.
LUIS DEI MARCHESI Y FRANSONI
Caballero de la Suprema Orden de la
Anunciación
por la gracia de Dios y de la Sede
Apostólica
Arzobispo de Turín
Saluda
Al Muy Rvdo. Sr. don Juan Bosco, de Castelnuovo,
secerdote de nuestra Diócesis:
Al congratularnos con Vos, digno sacerdote del
Señor, que con industriosa caridad habéis sabido
organizar la nunca bastante alabada Congregación
en favor de los muchachos pobres del Oratorio
público de San Francisco de Sales, en Valdocco,
creemos justo testimoniaros, por la presente,
nuestro total agradecimiento, nombrándoos
efectivamente Director General Espiritual del
Oratorio de San Francisco de Sales, al que
queremos sigan unidos y dependientes del mismo,
los de San Luis Gonzaga y del Santo Angel
Custodio, a fin de que la obra, emprendida con tan
felices ((**It4.379**))
auspicios, progrese y se amplíe en el vínculo de
la caridad, para verdadera gloria de Dios, y
edificación del prójimo, confiriéndoos todas las
facultades, que para tan santo fin son necesarias
y oportunas.
Mandamos mientras tanto insertar en las actas
de nuestra Curia
(**Es4.293**))
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