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((**Es4.269**)((**It4.346**)) CAPITULO XXX APOSTASIAS - SERMON SOBRE LA VIRGINIDAD DE MARIA SANTISIMA -CELO Y CARIDAD DE N BOSCO CON LOS ENGAÑADOS POR LOS HEREJES -DISCUSIONES CON LOS PARTIDARIOS DE LOS VALDENSES Y SUS MINISTR0S -UN SERMON INFIEL: EL AGUILA Y LA ZORRA -EL JUBILEO EN EL ORATORIO DE SAN FRANCISCO DE SALES -CONSTRUCCIONES DE LOS VALDENSES EN DERREDOR DE SU TEMPLO LOS valdenses continuaban esparciendo sus errores entre el pueblo a través de la palabra y de la prensa, y regalando ochenta liras a quienes se inscribían en su secta. Algunos muchachos de los Oratorios festivos, que habían proporcionado graves disgustos a Don Bosco, y habían participado en cuestiones en su contra, se dejaron arrastrar por la apostasía, a cambio de aquellas viles monedas. Víctimas de su odio, buscaban la forma de desahogarse contra sus antiguos compañeros, los cuales, según les advertía su propia conciencia, les conceptuarían en adelante como renegados. Sorían las nueve de la noche cuando aquel día volvía Tomatis a casa. Al pasar cerca de la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, camino del Oratorio, advirtió que dos sujetos le seguían. Asustado, apretó el paso, y ellos también. Se echó a correr y logró entrar en el patio y cerrar la puerta a tiempo, ya que, de haber tardado un instante más, le hubieran alcanzado. Fue inmediatamente a contar lo sucedido ((**It4.347**)) a don Bosco, el cual dispuso se tomaran las debidas precauciones para tutelar la seguridad de la comunidad. <(**Es4.269**))
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