((**Es4.262**)
repetir: el que tenga más prudencia, que la
emplee. Sufría cuando los muchachos se alejaban
del Oratorio, aunque fuera por poco tiempo, y
empleaba toda suerte de industrias para tenerlos
junto a sí durante las vacaciones, aún
gratuitamente, porque temía que, marchándose con
alas, volviesen con cuernos.
Pero la extraña tranquilidad que aquellos
muchachos, generalmente sanos y robustos, gozaban
con sus atenciones, no era sino a costa de alguna
((**It4.337**))
incomodidad. La menestra, dada su gran cantidad,
no siempre era del gusto de todos; los locales
eran estrechos y pobres; los alumnos, demasiado
numerosos para albergarlos cómodamente; y existían
otras molestias, ajenas a la voluntad y a la
diligencia de don Bosco. Sin embargo, el cariño
que los muchachos tenían al Oratorio, aún los que
pagaban pensión, era algo increíble. Todavía hoy
cuentan los antiguos alumnos, y entre éstos el
canónigo Ballesio: <>.
Aquel año comenzó don Bosco a establecer
algunas normas reglamentarias, ya que en los
principios del Oratorio, no había ningún
reglamento escrito. Como no había en él todavía
escuelas, ni talleres, los muchachos estaban
clasificados por dormitorios; por esto, en cada
uno de ellos se puso a un clérigo o a un joven
como asistente y se colocó una tablilla con los
artículos a cumplir en la casa. Por este estilo.
1. Todo joven deberá someterse al asistente, o
a quien le supla, el cual rendirá cuenta de lo que
se hace y dice en el dormitorio.
2. No podrá entrar en el dormitorio nadie,
aunque sea pariente, sin permiso: ni siquiera los
jóvenes de un dormitorio pueden pasar a otro, sin
permiso especial de los Superiores.
3. Procure cada uno dar buen ejemplo a los
compañeros, ((**It4.338**))
particularmente en la frecuencia de los
sacramentos, acercándose a ellos al menos cada
quince días.
4. Cuide cada uno de la limpieza de su persona
y de la del dormitorio.
5. Por la noche, una vez rezadas las oraciones,
váyase inmediatamente a la habitación y no a
pasear por el patio: se guardará riguroso silencio
para no molestar a los que necesitan reposo.
(**Es4.262**))
<Anterior: 4. 261><Siguiente: 4. 263>