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Don Bosco agradecía al Rey sus ofertas, y
buscaba ahorrar gastos por cuanto le era posible;
como todavía debía pagar al Ayuntamiento los
impuestos de concesión del permiso de
construcción, pidió la dispensa de los mismos en
carta del 22 de octubre. El Alcalde le respondía
de este modo:
No siendo posible, de acuerdo con las
disposiciones de costumbre, condonar los impuestos
de concesión del permiso, que V. S. M. Ilustre y
M. R. debería haber retirado antes de emprender la
construcción de la iglesia, de que se trata, he
previsto la gratuita concesión, reintegrando a la
caja con fondos destinados a la beneficencia,
tenido en cuenta el piadoso destino al que va
dirigida esta disposición.
Acompáñole, pues, la hoja de permiso, que debe
conservar el vigilante de la construcción, para
evitar la multa que podría serle impuesta por no
tener tal documento a la vista de la Inspección de
los agentes municipales autorizados para ello.
Y con la esperanza de que sus religiosas
solicitudes puedan encontrar el correspondiente
cumplimiento, tengo la satisfacción de repetirme
con toda consideración...
Turín, al
23 de octubre de 1851
El
Alcalde, G. BELLONE
((**It4.324**)) Pero el
dinero nunca era bastante, y el 20 de noviembre de
1851 vendía a Manuel Giovanni, con escritura del
20 de noviembre de 1851, ante el notario Turvano,
0,0199 hectáreas del terreno procedente del
Seminario por 1.573 liras. Todas estas sumas no
fueron más que unas gotitas de agua sobre un
terreno reseco. Así que hubo que buscar más
medios. Fue entonces cuando don Bosco puso manos a
su primera idea de organizar una gran tómbola con
los muchos regalos que esperaba de la generosidad
de los católicos. La realización de este plan era
trabajosísima, pero él ya la había preparado
indirectamente. Don Bosco era incansable en pedir
socorros a las autoridades gubernativas, con modos
sencillos, pero con la franqueza de quien
trabajaba eficazmente para el bien público. Así
que llamaba a todas las puertas, entraba en todos
los despachos, se presentaba en todos los
ministerios, acudía a los organismos de la
provincia y del Ayuntamiento, se dirigía a los
miembros de la familia real. Todas las secciones
de la administración del Estado recibieron sus
múltiples peticiones. A veces escribía hasta diez
a la semana, y, por lo general, era atendido.
Muchos donativos eran solamente de
(**Es4.252**))
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