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ante los tribunales y verse condenado por deudas,
y se me escapó un suspiro. Don Bosco, sereno del
todo, me dijo:
>>->>Cómo se entiende, querido Brosio, suspiras
por esto? >>Crees que la Divina Providencia va a
abandonarme? Vamos a rezar y verás lo que hará la
Virgen por el Oratorio.
>>Y fuimos a la Capilla a rezar. Acabada la
oración, se presentó un señor, que deseaba hablar
con don Bosco y le engregó el dinero necesario
para aquel pago.
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>>Aquella suma tapaba solamente un agujero y le
quedaban todavía otros por cerrar, sin contar los
gastos continuos que tenía que realizar. La
iglesita era demasiado pequeña para tantos
muchachos, los locales estrechísimos para albergar
a los internos. >>Cómo hacer? >>Dónde hallar
dinero para cubrir todas las necesidades? Expuse
estas dificultades a don Bosco y él me respondió:
>>-Quiero hacer en su día una tómbola; pero me
faltan el local y los objetos que han de servir de
premio para los compradores de números. >>Cómo
adquirir todo esto?
>>Y al decirlo, sonreía. Yo le respondí:
>>-Usted conoce a muchos señores, pídales lo
necesario y yo haré cuanto pueda entre los
comerciantes que conozco; verá qué tómbola más
sorprendente.
>>Quedamos de acuerdo en ello. Pero don Bosco
tenía sus planes, para el fin y el modo de
recurrir a la caridad pública. La construcción de
la iglesia debía proveer también del capital
necesario para levantar el Asilo y albergar a los
muchachos. Y él supo conseguir todos sus fines,
siempre que se metió en una empresa grandiosa, que
era la principal: ésta debía sostener las otras,
también importantes>>.
Por aquellos mismos días decía don Bosco a su
madre:
-Quiero que levantemos una hermosa iglesia en
honor de San Francisco de Sales.
->>Y dónde vas a encontrar el dinero?, le
preguntó la buena Margarita. Ya sabes que no
tenemos nada nuestro: todo se gastó para dar de
comer y vestir a estos pobres muchachos. Por
tanto, antes de meterte en los gastos de una
iglesia, debes pensarlo dos veces y entendértelas
bien con el Señor.
-Así lo haremos. >>Si usted dispusiera de
dinero, me lo daría?
-Puedes imaginar con cuánto gusto.
-Pues bien, terminó el hijo; Dios, que es mejor
y más generoso que usted, ((**It4.256**)) tiene
dinero para todo el mundo y espero que lo enviará
en su día y momento para una obra que es para su
mayor gloria.
(**Es4.201**))
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