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CAPITULO XXI
EL SEÑOR PINARDI PROPONE A DON BOSCO LA COMPRA DE
SU CASA EN VALDOCCO -EMPRESTITO DEL ABATE ROSMINI
A DON BOSCO -VISIBLE RASGO DE LA DIVINA
PR0VIDENCIA -CONTRATO Y COMPRA DE LA CASA
-AGRADECIMIENTO A ROSMINI
EL Oratorio de San Francisco estaba instalado,
hasta el presente, en terreno ajeno. El arriendo
de toda la casa Pinardi, aunque materialmente
gravoso, sin embargo había sido muy beneficioso
moralmente; pero todavía no bastaba para
tranquilizar del todo a don Bosco. Los desalojados
de aquel tugurio, no podían resignarse y andaban
gritando: >>no llama la atención que una casa, que
durante tanto tiempo era un lugar de reunión, de
recreo, de alegría, haya caído en manos de un cura
intolerante?
Hubo entretanto alguien, que por entrar de
nuevo en aquel sitio y por ansias de lucro, para
que volviera a ser lugar de juergas y malas
costumbres, propuso al señor Pinardi un alquiler
casi el doble del que pagaba don Bosco. Pero aquel
hombre honrado no quiso faltar a su palabra; aún
más, por su condición de buen cristiano,
satisfecho de ver su casa al servicio de una obra
santa, había manifestado muchas veces el deseo de
vendérsela, en cuanto don Bosco quisiera
comprarla; pero, fuese porque creía ser dueño de
un tesoro o porque necesitaba dinero, pedía ni más
ni menos que la ingente suma de ochenta mil liras.
((**It4.239**)) A su
demanda don Bosco respondíale siempre que le era
totalmente imposible empeñarse en tal cantidad.
-Ponga usted un precio y veremos, insistía el
señor Pinardi.
-No puedo dárselo después de una petición tan
enorme, replicaba don Bosco.
->>Se conforma con sesenta mil liras?
-Perdone, no puedo hacer ofertas.
-Pues allá va la última propuesta, la última
palabra: ícincuenta mil liras!
(**Es4.189**))
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