((**Es4.180**)
A esta especie de proclama, dirigida no
solamente a la juventud, sino en general a los
piamonteses y muy particularmente a los turineses,
((**It4.227**)) seguían
los Fundamentos de la Religión Católica, impresos
poco antes en la segunda edición de El Joven
Cristiano; y, mientras tanto, prometía otro libro
nuevo, que estaba escribiendo ex profeso. Tendría
éste por fin poner en guardia a las almas contra
las insidias heréticas, amaestrarlas en la
verdades de necesidad que hay que saber, desvelar
los errores de los seductores, detener su pérfida
influencia y de este modo confirmar en la fe a los
católicos. Era el libro que tituló: El Católico
instruido en su religión.
La venta de los Avisos a los católicos fue
extraordinaria: en dos años se vendieron más de
200.000 ejemplares. Pero si este opúsculo agradó
mucho a los buenos, exasperó a los protestantes y
les hizo montar en cólera. Mientras creían que
podían destrozar a su gusto, como los antiguos
filisteos, el campo del Señor, veían llegar en su
contra a un nuevo Sansón, que descubría sus artes,
rompía sus filas y deshacía sus tropas en defensa
del pueblo de Dios.
Con esta publicación, y muchas otras que le
siguieron, indicaba don Bosco al mundo el arma más
poderosa para combatir contra los enemigos de la
religión y señalaba el camino a cuantos quisieran
acudir en defensa de la sociedad cristiana
amenazada. Durante estos años todo parecía haber
muerto en el campo católico y don Bosco lo volvió
a la vida en Turín.
No se cansaba de difundir por doquiera su última
obrita. Enviaba, entre otros, ciento cincuenta
ejemplares al padre Scesa, maestro de novicios en
Stresa, según carta del 3 de marzo de 1851; y
escribía sobre ella a su profesor, el teólogo
Appendino, en Villastellone.
Muy querido señor Teólogo:
Envío a V. S. apreciadísima cien ejemplares de
los Avisos a los Católicos, haciéndole solamente
la observación de que, si se ocupa de ((**It4.228**)) estos
libros, pierde la protección de la Gaceta del
Pueblo y quién sabe si aún más, ya que este
librito, aunque apenas se ve, es su enemigo y hace
lo que puede para que le tenga entre ceja y ceja.
Sin embargo, si se ocupa de propagar libros
buenos (y lo tengo por la mejor limosna) estará a
fulmine tutus (seguro del rayo).
Todo el importe es: libros ya enviados . . . .
. . . . . . . 1,95 Avisos a los católicos: cien
ejemplares . . . . . . . . . . . . 5,00
-----
6,95
que espero poder ir a cobrar ahí, yo mismo en
persona.
(**Es4.180**))
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