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lo que ya había hecho, compuso y publicó un
librito titulado: Avisos a los católicos. Vale la
pena reproducir aquí el preámbulo.
<>Este peligro ya fue advertido de mil modos
por nuestros legítimos pastores, por los obispos
puestos por Dios para defendernos del error y
enseñarnos la verdad.
>>La misma infalible voz del Vicario de
Jesucristo nos avisó de este engañoso lazo tendido
a los católicos, esto es, de que muchos malvados
querrían arrancar de vuestros corazones la
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religión de Jesucristo. Estos se engañan a sí
mismos y engañan a los demás; no les creáis.
>>Uníos más bien en un solo corazón y una sola
alma a vuestros Pastores, que siempre os enseñaron
la verdad.
>>Jesús dijo a San Pedro: Tú eres Pedro y sobre
esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas
del infierno no prevalecerán, porque yo estaré con
sus pastores hasta la consumación de los siglos.
>>Esto dijo a San Pedro y a sus sucesores, los
Romanos Pontífices, y no a ningún otro.
>>A quien os diga algo diferente de cuanto yo
os digo, no le creáis;
os engaña.
>>Estad íntimamente persuadidos de estas
grandes verdades: donde está el sucesor de San
Pedro, está la verdadera Iglesia de Jesucristo. No
se está en la verdadera religión, si no se es
católico; no se es católico, sin el Papa.
>>Nuestros pastores, y especialmente los
Obispos, nos unen al Papa; y el Papa nos une a
Dios.
>>Por ahora leed atentamente los siguientes
avisos, los cuales, impresos en vuestro corazón,
bastarán para preservaros del error.
>>Todo lo que a continuación os será brevemente
expuesto, lo tandréis ampliamente explicado,
dentro de poco, en un libro expresamente
preparado.
>>Que el Señor misericordioso infunda en todos
los católicos valor y constancia, para ser fieles
cumplidores de la religión, en la que
afortunadamente hemos nacido y hemos sido
educados.
>>Valor y constancia, que nos mantengan siempre
dispuestos a soportar cualquier mal, aun cuando
fuese la muerte, antes de decir o hacer algo
contra la religión católica, la única verdadera
religión de Jesucristo, fuera de la cual nadie
puede salvarse>>.
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