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((**Es4.134**) confesado por nada del mundo; estaba dispuesto a hacer cualquier ((**It4.163**)) animalada, antes que ceder; pero usted ha sabido cazarme con arte, me ha vencido; gracias; ahora haría mil confesiones: mi corazón está quebrantado por el dolor, y, sin embargo, experimento un consuelo que nunca había tenido ni podido imaginar. Tráigame por favor el santo Viático. En aquel momento llegaban para visitarle dos o tres amigos suyos, que ciertamente hubieran intentado deshacer todo lo que se había logrado. Entonces don Bosco, avisado de ello, dijo al enfermo: -Si viniere alguno a visitarle, >>quiere que le digamos que le dejen tranquilo y que vuelva mañana, porque ahora necesita descansar? -Dé órdenes en este sentido, respondió el enfermo. Y así se hizo. Aquellos tales recibieron bien la cosa y se marcharon para volver al día siguiente. Salió entonces don Bosco y entró en la habitación toda la familia, llena de satisfacción al oír contar al enfermo cuanto había hecho don Bosco para volverle a Dios. A la mañana siguiente, después de haber recibido el santo Viático y la extremaunción, volvieron sus antiguos amigos, compañeros de incredulidad y de vida libre y entraron. Al saber que había cumplido con sus deberes de buen cristiano, empezaron a burlarse de él, que por debilidad había doblado el cuello a las intimidaciones del cura. Pero el enfermo, a quien don Bosco había sugerido lo que debía decir a éstos, respondió con franqueza: -A la hora de la muerte se ven las cosas desde otros puntos de vista, y esta hora también está cerca para vosotros. Después de la vida presente, hay otra y un infierno de penas eternas. >>Pretenderíais acaso que fuera yo tan estúpido como para arrojarme en aquellas llamas? Podéis reíros: pero reirá mejor el que ría el último. Decís que no creéis en la vida futura ni en la eternidad; pero hay muchos otros que atestiguan su existencia, y por consiguiente, no sois razonables ((**It4.164**)) si no pensáis en ello. Aunque sólo se supusiera que es dudosa la existencia del infierno, >>no es una locura vivir con tanta indiferencia y con manifiesto peligro de caer en él, si realmente existe? >>Acaso no es de sabios, tratándose de la eternidad, tomar el camino más seguro? >>Por qué os habéis de burlar? íYo soy más prudente que vosotros! Ante aquella declaración, sus amigos no supieron qué responder, y, tras unas cortas y vanas palabras, se retiraron. El abogado vivió todavía una semana, durante la cual fue don Bosco a visitarle y confortarle (**Es4.134**))
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