((**Es4.127**)
La jovencita hizo el recado fielmente, contó
las palabras de Margarita al dependiente y le
devolvió las liras. Quedó éste sorprendido y
preguntóle quién era la que le había amaestrado
tan bien:
-Es la mamá de don Bosco, respondió la
Giacomelli.
-Pues bien; dígale que se lo agradezco mucho,
sobre todo la atención que ha tenido. Si se
hubiera dirigido al amo, me había hundido, porque
me habría echado fuera sin más contemplaciones, y
yo me hubiera quedado en la calle. Agradézcaselo,
pues, en mi nombre a esa buena señora, y dígale
que venga siempre a comprar a esta tienda, que yo
la serviré mejor y a más bajo precio que nadie.
Nos contaron todos estos sucesos el teólogo
Ascanio Savio, Tomatis,
Buzzetti y sobre todo el mismo don Bosco.
(**Es4.127**))
<Anterior: 4. 126><Siguiente: 4. 128>