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CAPITULO XV
DON BOSCO MODELO DE AMOR FILIAL - DIA ONOMASTICO
DE LA MADRE - HUMILDAD DE MAMA MARGARITA Y SU
SENCILLEZ - COMO RECIBIA A PERSONAS DISTINGUIDAS -
SU AGRADECIMIENTO A LOS BIENHECHORES - ESPIRITU DE
POBREZA Y DE JUSTICIA
HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE, dijo el Señor. Don
Bosco era un modelo ante sus muchachos en la
guarda de este mandamiento, pues fue siempre
cariñosísimo con sus padres. Hablaba con
frecuencia y afecto de su padre, al que, se puede
decir, ni siquiera conoció, y rezaba a diario por
el eterno descanso de su alma. Tenía con su madre
todas las atenciones propias del hijo más
respetuoso, y la consolaba en su vejez con una
piedad conmovedora. Si, por una parte, nunca
antepuso su amor al de Dios, por otra, la atendía
y ayudaba en cuanto de él dependía. La obedecía,
se sometía dócilmente a sus consejos y no
emprendía nada importante sin comunicárselo. Era
feliz con su deseo satisfecho de verla colaborar
al bien de los alumnos y hacer de madre de todos.
Hablaba de ella con veneración y le profesaba un
reconocimiento vivísimo por los trabajos y
esfuerzos que había realizado para educarle. La
alababa especialmente por haberle enseñado a
tiempo a amar y servir a Dios, insinuándole gran
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al pecado. Avanzado en años, aún recordaba a su
madre con ternura, con filial respeto y verdadera
conmoción del corazón. Aunque en su profunda
humildad contaba con mucho gusto su bajo origen,
en el que mamá Margarita aparecía como una vulgar
campesina, sin embargo, él la honraba enormemente
frente a cualquier condición de personas.
Quería también que los muchachos la obedeciesen
y respetasen, y, si en alguna ocasión había alguno
que por ligereza o capricho, sometía la menor
falta de respeto, él decía en la platiquita de la
noche, inculcándoles la obediencia:
-Yo que soy el Director de la casa, obedezco a
la madre y la respeto: íhaced vosotros lo mismo!
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