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sagradas de la iglesia por la tarde.-2. Deberán
ser al menos cuatro y se colocarán en los cuatro
puntos o ángulos principales de la iglesia (uno se
cuidará de la parte próxima al altar de la Virgen,
el otro de la del lado de San Luis, los otros dos
la parte restante de la iglesia, desde la mitad
hasta la puerta grande) y si no hay motivo, no se
moverán de su puesto. Si necesitan avisar algo,
deben evitar correr precipitadamente, pasar ante
el altar mayor sin hacer la genuflexión. En los
lugares donde
se puede contar con los Catequistas desde el
principio hasta el final de la función, bastará el
asistente solo, ayudado por los catequistas de
cada clase.-3. Vigilen para que los muchachos, al
entrar en la iglesia, ocupen su puesto, hagan el
acto de adoración y guarden respeto mientras
esperan y cuando cantan.-4. Si alguno charla o
duerme, corríjanle con buenos modales, moviéndose
lo menos posible de su puesto, sin pegar jamás a
nadie por ningún motivo; ni reñirle con palabras
duras o en alta voz. En casos graves saque al
culpable fuera de la iglesia y déle la debida
corrección.
CAPITULO VIII. Los Catequistas.- 1. Uno de los
cargos principales del Oratorio es precisamente el
de Catequista, porque el objeto primario de este
Oratorio es instruir en la doctrina a los jóvenes
que acuden a él. <>.-2. Por cuanto sea
posible, los catequistas sean sacerdotes o
seminaristas. Pero, como las clases son tan
numerosas y por fortuna contamos con algunos
caballeros ejemplares que se prestan a esta obra,
ofrézcaseles con agradecimiento una clase de
catecismo. Para la de los mayores, en el coro, si
es posible, haya siempre un sacerdote.-3. Cuando
el número de Catequistas sea inferior al de las
clases, el Prefecto, de acuerdo con el Director,
elegirá los jóvenes más instruídos y más aptos y,
les confiará la clase donde falte
un Catequista.-4. Mientras se canta el
padrenuestro, cada Catequista deberá encontrarse
en la clase que se le ha asignado. El Catequista
deberá colocar a sus alumnos en semicírculo
estando él en el centro; ((**It3.103**)) no se
incline hacia los alumnos para preguntar u oír sus
respuestas sino manténgase derecho, paseando su
mirada sobre todos los alumnos.-6. No se aleje
nunca de su clase. Si le ocurriese cualquier cosa,
avise al Prefecto o al Asistente.-7. Cada uno
asista a su clase hasta después de los actos de
Fe, Esperanza y Caridad y, si puede, no se retire
de su puesto hasta terminar las sagradas
funciones.-8. Cinco minutos antes de acabar el
catecismo, al sonar la campanilla, se contará un
ejemplo breve, entresacado de la Historia Sagrada
o de la Historia Eclesiástica, o bien se expondrá
con claridad y sencillez un apólogo o una
semejanza moral, cuyo fin sea poner de relieve la
fealdad de un vicio o la hermosura de una virtud
en particular.-9. Nadie empiece a explicar, antes
de haber aprendido la materia que debe tratar, ni
antes de que los alumnos sepan de memoria la
pregunta a explicar. Sean breves las explicaciones
y con pocas palabras.-10. No se metan en
cuestiones difíciles ni entren en materias que no
se sepan resolver clara y sencillamente. -11. Los
vicios que se deben combatir frecuentemente son:
la blasfemia, la profanación de los días festivos,
la deshonestidad, la falta de dolor, de propósito
y de sinceridad en la confesión.-12. Las virtudes
que se deben recomendar frecuentemente son: la
caridad con los compañeros, la obediencia a los
Superiores, el amor al trabajo, la(**Es3.88**))
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