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acabado el exordio, desarrollaba unos puntos sobre
los novísimos o sobre los mandamientos de la ley
de Dios.
Fue invitado un día a predicar a las religiosas
de un ilustre monasterio. Era la fiesta de una
santa mártir, su patrona principal. Como sabían lo
bien que poseía la historia eclesiástica,
esperaban les presentara a su santa bajo un
aspecto nuevo o pusiera de relieve circunstancias
de su vida por ellas desconocidas, o reflexiones
ascéticas y místicas que dieran prueba de su
ciencia.
Fue todo al contrario. Don Bosco, que vio la
iglesia llena de conspicuos señores e ilustres
damas, empezó diciendo que hacía muchos años, más
de un siglo, que aquel día y en aquel lugar se
venía narrando la vida y tejiendo los elogios de
la santa mártir: y que, por tanto, se preguntaba a
sí mismo qué ventajas se podrían sacar repitiendo
hechos que todos sabían. Después, pidió licencia a
la santa mártir y le preguntó si no sería el caso
de cambiar aquel año, al menos para variar, el
tema del
sermón: y, sin más, expuso el tema que iba a
desarrollar, a saber: <>. íImagine el lector cómo se
quedaría el auditorio!
>>Habló don Bosco por humildad, o movido por
una luz superior para tratar aquel tema? Sea como
fuere, hay que recordar que el fin de sus
predicaciones era siempre la conquista de almas
para el Señor.(**Es3.65**))
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