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((**Es3.472**) provechoso, y les aconsejaba recibieran con respeto las respuestas eventuales que de él naciesen, porque les aseguraba que obtendrían gran provecho. En efecto, la materia de este áureo libro está tan sazonadamente repartida que, no importa el punto que se lea, ofrece siempre un remedio oportuno para la necesidad del momento del lector. Los seminaristas no daban ciertamente crédito a la infalibilidad de estas respuestas, pero muchas veces exclamaba alguno: <>. Otro leía y hacía reír a sus compañeros, que le decían: <>. A lo mejor leía un tercero, se sonrojaba, doblaba el libro y no quería decir lo que había leído. Otra industria de don Bosco era escribir de cuando en cuando una tarjetita y hacerla llegar al que quería ((**It3.617**)) dar un buen consejo. Algunas de éstas se conservaron; y solían decir así: -Habla poco de los demás y menos de ti. - Ama tus deberes, si quieres cumplirlos bien. - Soporta de buena gana los defectos ajenos, si quieres que los demás soporten los tuyos. - No andes preocupado por disimular tus defectos; procura enmendarte de ellos. - Perdona todo a todos; a ti no te perdones nada. - No tengas por amigo al que mucho te alaba. - Olvida los servicios prestados y no los recibidos. - La defensa más segura contra tu ira es tardar en desahogarla. - No alabes a unhombre por su gracia: así lo dice el Espíritu Santo. A más de esto, comenzó don Bosco desde los primeros tiempos, a dar un aguinaldo, a fin del año, a todos sus muchachos, y otro a cada uno en particular. El primero consistía en una norma para la buena marcha del año nuevo y, a veces, en previsión de lo que acontecería. El segundo era una máxima o consejo confidencial, de viva voz y por escrito, adaptado a las necesidades y a la conducta de cada cual. A los clérigos se lo daba escrito en latín, sacándolo de la Sagrada Escritura o de los Santos Padres. Algunas de aquellas tarjetitas fueron conservadas como preciosa reliquia por los primeros clérigos, los cuales nos dieron copia. A uno le escribió: Non coronabitur nisi qui legitime certaverit (No será coronado más que el que triunfase en la lucha). A otro: Delectet mentem magnitudo praemiorum, sed non deterreat certamen laborum (Que la importancia de los premios deleite la mente, pero no le espante la fatiga de los trabajos). A un tercero: Cogitas magnam fabricam construere celsitudinis? De fundamento prius cogita himilitatis (>>Piensas construir un gran edificio elevado? Piensa primero en los cimientos de humildad). Y así a otros: Semper, dico, vigila. -Fili, sine consilio nil facias et post factum non poenitebis (**Es3.472**))
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