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provechoso, y les aconsejaba recibieran con
respeto las respuestas eventuales que de él
naciesen, porque les aseguraba que obtendrían gran
provecho. En efecto, la materia de este áureo
libro está tan sazonadamente repartida que, no
importa el punto que se lea, ofrece siempre un
remedio oportuno para la necesidad del momento del
lector. Los seminaristas no daban ciertamente
crédito a la infalibilidad de estas respuestas,
pero muchas veces exclamaba alguno: <>. Otro leía y hacía reír a sus
compañeros, que le decían: <>.
A lo mejor leía un tercero, se sonrojaba, doblaba
el libro y no quería decir lo que había leído.
Otra industria de don Bosco era escribir de
cuando en cuando una tarjetita y hacerla llegar al
que quería ((**It3.617**)) dar un
buen consejo. Algunas de éstas se conservaron; y
solían decir así: -Habla poco de los demás y menos
de ti. - Ama tus deberes, si quieres cumplirlos
bien. - Soporta de buena gana los defectos ajenos,
si quieres que los demás soporten los tuyos. - No
andes preocupado por disimular tus defectos;
procura enmendarte de ellos. - Perdona todo a
todos; a ti no te perdones nada. - No tengas por
amigo al que mucho te alaba. - Olvida los
servicios prestados y no los recibidos. - La
defensa más segura contra tu ira es tardar en
desahogarla. - No alabes a unhombre por su gracia:
así lo dice el Espíritu Santo.
A más de esto, comenzó don Bosco desde los
primeros tiempos, a dar un aguinaldo, a fin del
año, a todos sus muchachos, y otro a cada uno en
particular. El primero consistía en una norma para
la buena marcha del año nuevo y, a veces, en
previsión de lo que acontecería. El segundo era
una máxima o consejo confidencial, de viva voz y
por escrito, adaptado a las necesidades y a la
conducta de cada cual. A los clérigos se lo daba
escrito en latín, sacándolo de la Sagrada
Escritura o de los Santos Padres. Algunas de
aquellas tarjetitas fueron conservadas como
preciosa reliquia por los primeros clérigos, los
cuales nos dieron copia.
A uno le escribió: Non coronabitur nisi qui
legitime certaverit (No será coronado más que el
que triunfase en la lucha). A otro: Delectet
mentem magnitudo praemiorum, sed non deterreat
certamen laborum (Que la importancia de los
premios deleite la mente, pero no le espante la
fatiga de los trabajos). A un tercero: Cogitas
magnam fabricam construere celsitudinis? De
fundamento prius cogita himilitatis (>>Piensas
construir un gran edificio elevado? Piensa primero
en los cimientos de humildad). Y así a otros:
Semper, dico, vigila. -Fili, sine consilio nil
facias et post factum non poenitebis
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