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La noticia del hecho fue corriendo, de los
muchachos más próximos a los más apartados, y
todos aguantaban la respiración, esperando el fin.
Cuando el último recibió su parte, resonó un grito
universal:
-íDon Bosco es un santo, don Bosco es un santo!
El buen sacerdote impuso silencio a todos, pero
le costó mucho trabajo lograr que cesaran de
aclamarle, mientras le rodeaban apretujándole.
Como recuerdo de este hecho prodigioso quiso don
Bosco que se repartieran en la tarde del día de
Todos los Santos, así lo atestigua el canónigo
Anfossi, castañas cocidas, a todos los que
frecuentan los Oratorios.
Hemos referido la multiplicación de las
castañas, de acuerdo con la relación que oímos a
((**It3.578**)) nuestro
amigo José Buzzetti, confirmada por escrito por
Carlos Tomatis, y reconocida como auténtica por
todos los antiguos alumnos de aquellos tiempos.
>>Qué explicación dar a esta maravilla? Ninguna
otra más que ésta. íLa buena madre María Santísima
manifiesta su complacencia por cuanto se hacía en
el Oratorio! En él florecían las virtudes
cristianas, como se lee en un magnífico elogio,
publicado en 1849 en el periódico Conciliatore
Torinese.
Escribía y dirigía este periódico el canónigo
Lorenzo Gastaldi. El elogio es tan espléndido que
nos parece muy digno insertarlo como documento
histórico, en confirmación de cuanto llevamos
dicho, a lo largo de estas memorias. Helo aquí en
toda su integridad. 1
<((**It3.579**))
contornos; pero, mirando atentamente
1 Conciliatore Torinese, n§ 42, año 1849. El
Conciliatore Torinese apareció el 15 de julio de
1848 y acabó en el mes de septiembre de 1849.
(**Es3.444**))
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