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e instruidos. Una niña mora de las traídas, fue
recogida por las hijas de María Auxiliadora en
Nizza Monferrato.
Don Blas Verri, gastado por una larga y penosa
enfermedad, llegaba finalmente de Francia a Turín
el 23 de octubre de 1884 y se alojaba en la pía
casa del Cottolengo, donde víctima de un ataque
apoplético, fue puesto en cama. Se encendieron
velas a Nuestra Señora de la Consolación y a María
Auxiliadora, buscaron a don Bosco para encomendar
el enfermo a sus oraciones, pero como también él
se encontraba enfermo, dejaron el encargo a uno de
sus sacerdotes. Don Bosco no pudo ir ((**It3.571**)) junto a
su santo amigo, que volaba al cielo en la noche
siguiente al 25 de octubre.
En su bolsillo apareció una cartera con una
esquela dirigida a don Bosco, que decía:
Muy reverendo don Bosco:
Si el Señor le da a conocer cosas graves o
pequeñas, que desagraden in oculis suis (a sus
ojos), en el alma del que suscribe, noli, quaeso,
abscondere a me sermonem tuum pro pace animae meae
(ruégote, no quieras encubrir tu amonestación para
la paz de mi alma).
Devotísimo en Jesús y María.
BLAS VERRI, pbro.
A.M.D.G.
2 julio 1882
P.S. Suplico dos líneas de respuesta sobre este
mismo papel (al Cottolengo).
Don Bosco escribió al pie de la esquela esta
respuesta: Bono animo esto, et vade in pace. Noli
timere. (Ten buen ánimo y vete en paz. No temas).
Tal era la opinión de santo en que tenía a don
Bosco un sacerdote de virtudes heroicas y
favorecido por el Señor con favores y hechos
milagrosos, 1 hasta estar persuadido de que por su
medio conocería los secretos juicios de Dios.
1 Datos de la vida del sacerdote Blas Verri,
Savona, establecimiento tipográfico Andrés Ricci,
1887.
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