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Al acabar el año me parece bien darle cuenta de
los gastos y cobros efectuados, a lo largo del
año, como podrá ver por la nota adjunta. Pero,
como con frecuencia hago los apuntes a la ligera;
si usted encuentra alguna equivocación, me remito
totalmente a su criterio.
Envío los cinco primeros volúmenes de la
asociación para el P.Paoli, el cual puede pedir
los que siguen al secretario del señor obispo de
Novara, que es el encargado para toda la Diócesis.
Hablemos ahora de lo nuestro. >>Qué se dice de
los Sacerdotes de la Caridad? >>Qué se dice de la
prohibición y de la sumisión del señor Antonio
Rosmini? Lo mismo en público que en privado se
habla muy bien del Instituto de la Caridad. Se
alaba su entrega a la escuela, y llama la atención
especialmente que los Rosminianos (son palabras
auténticas) se adaptaron a la enseñanza sin
entrometerse en proponer y obligar a usar los
libros compuestos por ellos. No dicen lo mismo de
otros que, por empeñarse en emplear e introducir
en las clases sus propios libros, excitan la
envidia de muchos y hasta la rivalidad.
En cuanto al bonísimo señor Rosmini, parecía
que la prohibición iba a
perjudicar su gran fama, y no fue así. El abate
Rosmini se dio a conocer como un gran filósofo al
escribir sus obras; pero demostró ser un filósofo
profundamente católico con su sumisión; demostró
ser coherente consigo mismo, y que el respeto
profesado hasta ahora a la Cátedra de Pedro, son
hechos y no palabras, lo que no podemos decir de
otros distinguidos personajes, que en otro tiempo
también sobresalían. Como ((**It3.531**)) bien
ve, éstas son expresiones amigas que se refieren a
la opinión pública. En cuanto a mí, siempre he
tenido y tengo todavía la más sincera y leal
veneración por el Instituto de la Caridad y por su
veneradísimo fundador.
Ruégole salude a mis amigos y queridos hijitos
míos que ahí se encuentran; y, si el abate Rosmini
está ya en Stresa, preséntele mis humildes
obsequios, procedentes de persona que él no
conoce, pero que le profesa la más profunda
veneración.
Quiérame en el Señor y, si en algo valgo,
mándeme y siempre me encontrará.
De V.S.Ilma. muy apreciada.
Turín, 5 de diciembre de 1849
Afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
(**Es3.410**))
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