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degli operai y el Smascheratore; y, por diversas
razones, casi todos tuvieron que dejar de
publicarse; algunos por falta de lectores.
Mas la causa principal de la poca difusión de
la prensa católica fue que el periodismo liberal
había sido el primero en tomar ((**It3.479**))
posesión, desde hacía tiempo, de un terreno
incontrovertirle y precisamente en un momento en
que el pueblo buscaba ansioso noticias políticas
que afectaban a tantos intereses, y el boletín de
una guerra en la que casi no había familia que no
tuviese uno de sus miembros. Por tanto, aquellos
periódicos se vendían rápidamente, además de que
sus activos y bien organizados vendedores los
difundían por todos los rincones del reino sardo.
Con astucia habían previsto todas las ventajas que
podían obtener, para logar sus fines. La escasa
energía intelectiva de la mayor parte de los
hombres hace que la multitud generalmente no
piense por sí misma, sino que piensa y juzga por
cabeza ajena, habla por su boca y, naturalmente
presuntuosa de la propia independencia y
autonomía, se deja alucinar y conducir por el
articulista, cuyos pensamientos compró en la plaza
por unos céntimos.
Y he aquí por qué la impiedad de estos
pensamientos, diluida entre excitadas pasiones de
todo género, y un sentimiento pagano de patria,
formaba una opinión pública favorable a los
agitadores.
Mas don Bosco, siempre atento a procurar el
bien de las almas y especialmente el bien moral y
religioso de la juventud, quiso acudir en socorro
del periodismo católico. Y como el periódico
Armonía parecía más adaptado a las personas
adultas y entendidas en los asuntos públicos, él
ideó un periódico que pudiera ganarse las
simpatías de la clase ciudadana menos culta. Así
que, después de buscar algunos colaboradores,
entre los que estaban el teólogo Carpano y el
teólogo Chiaves, y formar con
ellos una comisión, anunció el proyecto de un
periodiquito, político- religioso, titulado El
Amigo de la Juventud y destinado a ser el diario
de la familia. Le había añadido el título de
político porque solamente el subtítulo de
religioso no bastaba en aquel momento para seducir
a los que el periódico iba destinado. Debía salir
a la ((**It3.480**)) luz dos
veces por semana y don Bosco sería el Director
gerente y responsable. Los tipógrafos Julio
Speirani y Jacinto Ferrero lo imprimirían a sus
expensas; en su tipografía radicaría la sede de la
dirección, y los miembros de la comisión
recibirían una cuota mensual. Para cubrir los
primeros gastos, envió una circular a los
eclesiásticos, de la que no conservamos copia; y
mandó unas fichas de asociación, por acciones, a
las diócesis de Turín, Ivrea, Asti y Vercelli. Sus
amigos párrocos y otros eximios
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