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CAPITULO XXXV
EL CRISTIANO GUIADO POR EL ESPIRITU DE SAN VICENTE
DE PAUL - INFALIBILIDAD DEL PAPA - DON BOSCO
IMITADOR DE SAN VICENTE - LA VIRTUD DE LA DULZURA
- COMPARACION DE LA VIDA DE DON BOSCO CON LA DE
SAN VICENTE - UN DONATIVO A LA PEQUEÑA CASA DE LA
DIVINA PROVIDENCIA - MEDIOS PARA LA IMPRESION DE
UN LIBRO
EN medio del tumulto de las agitaciones políticas,
sin que le distrajera la atención a sus
providenciales empresas, entregado al ministerio
de la palabra, de suerte que casi llegaban a tres
mil, entre charlas, sermones, conferencias,
pláticas y catequesis, las que hacía al cabo del
año en casa y fuera de ella, don Bosco ideaba
siempre nuevos trabajos. No era como muchos otros,
que parecen virtuosos y lo son, pero se inclinan a
una vida apacible y agradable: su virtud era
activa y emprendedora hasta el heroísmo. Cuando
los muchachos iban a acostarse, rezaba el
breviario, se sentaba al escritorio y, a la pálida
llama de un pobre candil, pasaba gran parte de las
noches escribiendo. Profesaba una especial
devoción a San Vicente de Paúl, el cual también
había guardado el ganado en su niñez y después,
siendo estudiante, seminarista y sacerdote, fue
educador de los muchachos. Aquel año escribió un
compendio de la vida del gran ((**It3.379**)) apóstol
de la caridad que tituló <>. (El cristiano, en la práctica de la
virtud y de la cortesía, según el espíritu de San
Vicente de Paúl. Obra que puede servir para
dedicar el mes de julio en honor del mismo Santo).
Explicaba así la razón de su trabajo.
<>Se titula El Cristiano en la práctica de la
virtud y de la cortesía, según el espíritu de San
Vicente de Paúl, porque este Santo, que pasó por
muchas situaciones altas y bajas de la sociedad,
practicó todas
(**Es3.296**))
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