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((**Es3.176**) 1. Puesto que San Luis fue un modelo ejemplar, todos los que deseen inscribirse en su Compañía deben procurar evitar cuanto pueda escandalizar, y dar buen ejemplo en todo, muy especialmente en el cumplimiento de los deberes de un buen cristiano. San Luis fue, desde niño, tan exacto en el cumplimiento de sus deberes, tan amigo de los ejercicios piadosos y tan devoto cuando iba a la iglesia, que corría la gente para contemplar su modestia y su recogimiento. 2. Procurarán los socios acercarse a la sagrada confesión y comunión cada quince días y aún con mayor ((**It3.217**)) frecuencia, especialmente en las principales solemnidades. Son éstas las armas con las que se alcanza la completa victoria contra el demonio. San Luis se acercaba a estos sacramentos desde muy niño cada ocho días, y cuando fue un poco mayor, con más frecuencia. Quien, por cualquier motivo, no pudiera cumplir esta norma, podrá conmutarla por otra práctica de piedad con el consejo del Director de la Compañía. Se exhorta, además, a los inscritos a recibir los sacramentos y a asistir a las funciones sagradas en su propia capilla, para edificación de los compañeros. 3. Huid como de la peste de los malos compañeros y guardaos mucho de tener conversaciones obscenas. San Luis no sólo evitaba tales conversaciones, sino que era tan modesto, que nadie se atrevía a proferir palabras menos limpias en su presencia. 4. Tened mucha caridad con los compañeros, perdonando generosamente cualquier ofensa. Bastaba ofender a San Luis para tenerlo enseguida por amigo. 5. Comprometeos a mantener el orden en la Casa de Dios, animando a los demás a practicar la virtud y a inscribirse en la Compañía. San Luis, llevado del amor al prójimo, fue a asistir a los apestados, lo que ocasionó su muerte. 6. Poned gran diligencia en el trabajo y en el cumplimiento de los propios deberes, siendo muy obedientes a los padres y a los demás superiores. 7. Cuando un socio caiga enfermo, apresúrense todos a rezar por él y bríndese a ayudarlo en las cosas materiales, de acuerdo con las propias fuerzas. A estos artículos fundamentales, añadió don Bosco en la segunda parte del Reglamento del Oratorio, en el capítulo XI, algunas normas para que la Compañía gozase de una organización bien determinada. Transcribimos su primer autógrafo. ((**It3.218**)) <<1. El fin que se proponen los socios de la Compañía de San Luis es imitar a este santo en las virtudes compatibles con el propio (**Es3.176**))
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