Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es3.163**) para confesarse, invitando a otros sacerdotes, hubo varios centenares que quisieron confiarle sólo a él los secretos de su conciencia. Con tal fiesta, alegrada con todo cuanto don Bosco podía disponer para que sus muchachos estuvieran totalmente satisfechos, no acababan aún las ocupaciones pascuales. En la domínica in albis 1 se celebró la solemne distribución de premios a los que se habían distinguido durante la cuaresma por su asistencia a la catequesis y su buena conducta. Hubo muchos invitados, porque quiso don Bosco que el acto revistiese la mayor solemnidad posible; hubo palabras de alabanza y estímulo para los valientes muchachos a quienes recordó las promesas del Señor, de premios más ricos y consoladores. El 18 de abril, segunda Domínica después de Pascua, se celebró la lotería para los que habían aistido al Oratorio Festivo durante un año. Todo este plan de preparación y clausura del Tiempo Pascual se conservó en los años sucesivos y hasta los presentes 2. Terminadas las fiestas, don Bosco reanudaba enseguida las clases de catecismo dominical. Precisamente durante aquellas semanas llegaban a Turín muchos jovencitos forasteros para aprender un oficio o para trabajar como braceros. Un buen número de ellos irían al Oratorio y, por tanto, había que cambiar de sitio en la iglesia a los que habían sido admitidos a la sagrada comunión, que pasaban a formar clase aparte. Esta clasificación tampoco podía mantenerse mucho tiempo, y don Bosco, en los primeros días de noviembre, reorganizó ((**It3.201**)) sus clases. La mayor parte de los peones de albañilería, al interrumpirse los trabajos de construcción, volvían a sus pueblos y muchos otros bajaban de la montaña a la ciudad, solos o con algún pariente, para ganarse el pan que tanto escaseaba en sus pueblos perdidos entre las nieves. Unos se lanzaban a la mendicidad, otros hacían de afiladores o vendían figuritas en madera; la mayor parte eran limpiachimeneas. Invitados por don Bosco o arrastrados por los amigos, ocupaban en el Oratorio el puesto de los que se habían ido; iban con ellos otros turineses de su edad, que al acabarse las distracciones del buen tiempo, se refugiaban en un lugar agradable para su solaz. Más tarde se unieron otros hijos del pueblo que frecuentaban las escuelas elementales. Llegaron a ser tantos que, a primeros de otoño, 1 Así se llamó hasta hace poco al primer domingo después de Pascua. En tal día se quitaban las vestiduras blancas del bautismo, recibido en la Vigilia Pascual.(N. del T.) 2 Premios y Feria-Lotería del Oratorio. (N. del T.) (**Es3.163**))
<Anterior: 3. 162><Siguiente: 3. 164>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com