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en las afueras de esta capital, a fin de encender
más y más en la piedad a los muchachos que en gran
número acuden, desearíamos vivamente erigir en él
la santa práctica del Viacrucis; por lo que
respetuosamente recurren a la pastoral solicitud
de V.E. Reverendísima.
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Suplicándole humildemente se digne concederles
este favor, delegando en quien S.E. determine para
la erección del mismo...
Es gracia que...>>.
El 11 de noviembre de 1846 fue concedida la
implorada erección del Viacrucis con la cláusula
de que se encargara a un religioso sacerdote
franciscano, designado por su propio superior,
salvos los derechos arzobispales y parroquiales.
La concesión estaba firmada por el canónigo
Celestino Fissore, provicario general y por el
téologo Gattino, Párroco. La firma del propietario
Francisco Pinardi atestiguaba su consentimiento.
El 1.§ de abril, Fr. Antonio de la Orden de
Menores Observantes de San Francisco, Guardián del
Convento de Santo Tomás de Turín, delegaba en el
padre Buonagrazia, predicador y confesor aprobado
por el Ordinario, para erigir las referidas
estaciones. Don Bosco había comprado los catorce
cuadritos con las respectivas cruces, por doce
liras. Su pobreza no le había permitido mayor
desembolso.
El mismo día 1.§ de abril, jueves santo, con
toda solemnidad, en presencia de muchos jóvenes,
el padre Buonagrazia, siguiendo las normas de la
Sagrada Congregación de la Indulgencias, bendijo
los cuadros de las catorce estaciones, los
llevaron procesionalmente alrededor de la capilla
y fueron colocados en los sitios señalados. A cada
cuadro que se colocaba se conmemoraba la estación
que representaba. Era la primera vez que se seguía
el modo abreviado para practicar el Viacrucis
impreso en El
Joven Cristiano. Hubo cantos y el franciscano
pronunció un fervorín. El viernes santo quiso don
Bosco repetir este ejercicio de piedad,
enriquecido por los Sumos Pontífices con
indulgencias sin número. >>Se podía hallar un
medio ((**It3.200**)) más
eficaz para dar a conocer el amor inmenso que
tiene Jesús a los hombres y el deber que éstos
tienen de corresponderle?
Compenetrados con estos sentimientos los
jóvenes del Oratorio, todos artesanos, cumplieron
con Pascua el domingo de Resurrección.
Aunque don Bosco les había dado entera libertad
y comodidad
(**Es3.162**))
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