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de su ((**It3.196**))
corazón. En ciertos casos no descuidaba las
prescripciones diocesanas de admitir a la comunión
para una sola vez o para tres o cuatro en aquel
año y aún algunas más, de acuerdo con lo que se
autorizare, después de su petición.
Este sistema tenía la finalidad de estimular a
los muchachos a asistir al catecismo cuaresmal
algún año más, si querían ser admitidos para
siempre; puesto que, sin esa reserva, algunos ya
no hubieran asistido nunca más.
Don Bosco, con todo, acostumbraba a admitir a
la comunión para siempre, no sólo a los que
estaban bien preparados en las verdades de la fe
en el tiempo pascual, sino en cualquier época del
año y aún sin solemnidad alguna.
En tanto, moseñor Fransoni, deseoso de librar a
don Bosco de sus fastidios, le escribía así el
miércoles santo:
30 de marzo de 1847
<((**It3.197**)) de la
confirmación, proveyéndoles de la acostumbrada
cédula. Me reitero con los sentimientos de la más
sincera estima.
De V.S.R.
D.O.S.
LUIS, Arzobispo
Turín, Sr.D.Juan Melchor Bosco.
Con este formal decreto se quitaba a los
señores párrocos cualquier futuro pretexto de
quejas que, sin embargo, no se podían tildar de
injustificables, de no haber expresado el
Arzobispo su voluntad.
Monseñor Fransoni les decía:
-Las capillas de los Oratorios serán las
parroquias de los muchachos
(**Es3.160**))
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