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CAPITULO XV
ENTRE SEMANA - CONDUCTA DE LOS MUCHACHOS FUERA DEL
ORATORIO - VISITAS A LOS TALLERES - BUEN CORAZON
DE UN ALUMNO, LA VIDRIERA - UNA PELEA POR AMOR DE
DON BOSCO - LOS LIMPIACHIMENEAS - PETICIONES A LOS
SEÑORES PARA SOCORRER A LOS POBRES DE LA CIUDAD -
LOS ESTUDIANTES VAN A VALDOCCO LOS JUEVES -
CONFERENCIAS CON LOS COLABORADORES DEL ORATORIO -
LA VUELTA DE DON BOSCO A TURIN DESPUES DE UNA
PREDICACION - SU ENCUENTRO CON LOS MUCHACHOS EN LA
PLAZA DE MANUEL FILIBERTO.
DON Bosco sabía descubrir y amar en cada uno de
sus muchachos la persona de Jesús adolescente y se
cuidaba de que resplandeciera en ellos la gracia
de aquel modelo divino. Y los muchachos, con esa
intuición casi infalible, propia de su ingenua
edad, estaban seguros de su cariño puro, dispuesto
a cualquier sacrificio por ellos, y con ese ánimo
acogían sus consejos. Por esto don Bosco podía
guiarlos en todos los momentos de los días
laborables, aunque estuviesen lejos de él. Esto
era también el fruto
de su entrega en las escuelas nocturnas. Sus
alumnos llevaban siempre consigo El Joven
Cristiano y, al leerlo, recordaban cuanto le
habían oído decir en las pláticas.
<((**It3.166**)) de la
mañana, presentaos a vuestros padres para que os
digan lo que quieren de vosotros y no emprendáis
cosa alguna sin su consentimiento. Ayudadle en
todo lo que ellos necesiten, ya sea en los
servicio domésticos de que seáis capaces, ya sea
entregándoles el dinero y los regalos que lleguen
a vuestras manos o empleándolo en lo que ellos
mismos os indiquen.
>>Sed sinceros con vuestros mayores, no
cubriendo jamás con fingimientos vuestras faltas y
mucho menos negándolas. Decid siempre con
franqueza la verdad, porque las mentiras, además
de ofender a Dios, os hacen hijos del demonio,
príncipe de la mentira;
(**Es3.137**))
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