((**Es2.69**)
En efecto, en la relación que envió a Roma en
1864, para obtener la aprobación de su Pía
Sociedad, escribía: <>.
((**It2.78**)) Don
Bosco era un nuevo apóstol que empezaba su misión.
La iglesia contó siempre, por gracia de Dios, con
hombres extraordinarios para realizar obras
extraordinarias, que manifiestan evidentemente el
Dedo de Dios. También nuestro siglo, no menos
digno de la divina piedad que los anteriores, tuvo
muchos de tales hombres. Me parece no equivocarme
al decir que entre ellos íhay que contar con don
Bosco!(**Es2.69**))
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