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hizo la señal de la cruz para empezar; pero su
alumno no la hacía, porque no sabía ni ((**It2.75**)) el modo
ni las palabras, por lo cual el maestro destinó
aquella primera lección a enseñarle el modo de
hacer la señal de la cruz y darle a conocer a Dios
Creador y por qué nos ha creado y redimido.
Después de una media hora le despidió amablemente
y, tras asegurarle que le enseñaría a ayudar a
misa, le regaló una medalla de María Santísima, le
hizo prometer que volvería al domingo siguiente, y
añadió:
-Mira, me gustaría que no vinieras solo, sino
que trajeras contigo a otros compañeros. Tendré
algún otro regalito para ti y para los que vengan
contigo: de acuerdo?
-Sí, sí, respondió satisfechísimo el buen
muchacho. Y después de besarle la mano dos o tres
veces, se marchó.
Garelli representaba a los innumerables
jóvenes, a los muchos pueblos que había de
evangelizar don Bosco: Ut filios Dei congregaret
(para reunir a los hijos de Dios). Este es el
verdadero origen de los Oratorios festivos 1. Don
Bosco fue el promotor y Garelli la piedra
fundamental, sobre la cual la Santísima Virgen
derramó gracias y favores sin cuento.
También durante la semana siguiente le tocó a
don Cafasso invitar a otro chiquillo a ayudarle la
misa; y, como no sabía, le rogó que volviera, para
enseñarle. A éste se añadió otro, por el mismo
motivo. Pero, no pudiendo don Cafasso ocuparse de
ellos, se los confió a don Bosco, el cual
aumentaba así el número de sus alumnos.
Al domingo siguiente pudo verse en la iglesia
de San Francisco un hermoso espectáculo. Seis
muchachos mal trajeados acompañaban a Bartolomé
Garelli que, junto con los otros dos, escuchaban
atentamente las palabras de don Bosco, el cual les
enseñaba el camino del paraíso. Aunque de poca
memoria, ((**It2.76**)) logró
Garelli, con constancia y atención, aprender en
pocas fiestas lo necesario para hacer una buena
confesión y recibir poco después la santa
comunión. Hasta aprendió a ayudar a misa. Se
convirtió desde entonces en afectuoso discípulo de
don Bosco y el canónigo Anfossi y otros le vieron
acudir al Oratorio después del 1855.
A estos alumnos se fueron añadiendo otros, de
modo que el coro donde tenían estas reuniones se
llenaba.
Una tarde de aquellos primeros domingos,
atravesaba don Bosco
1 Oratorio festivo. En los colegios de los
Salesianos es un lugar en que se reúne la juventud
los días de fiesta para cumplir con sus deberes
religiosos y divertirse honestamente. (Diccionario
de la Real Academia Española). (N. del
T.).(**Es2.67**))
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