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((**Es2.435**) se convertirán en montones de trigo y las patatas brotarán de la tierra espontáneamente. Después preguntó a los dos pastorcillos: -Rezáis bien vuestras oraciones? -No muy bien, Señora, respondieron. -Queridos niños, debéis rezarlas bien por la noche y por la mañana. Si no tenéis tiempo, decid al menos un Padrenuestro y una Avemaría; y, cuando tengáis tiempo, rezad más. Y volviendo al tono de queja siguió diciendo: -A misa no van más que algunas viejas, las otras trabajan los domingos durante todo el verano; y en invierno los muchachos, cuando no saben qué hacer, van a misa a burlarse ((**It2.580**)) de la religión. No se guarda la Cuaresma, se va tras la carne como los perros... Entonces se dirigió a Maximino: -No viste tú, querido niño, el trigo podrido? -No, Señora, respondió el muchacho. -Lo debiste ver una vez en Coín yendo con tu padre. El amo del campo le dijo a tu padre que fuera a ver su trigo podrido; y fuisteis los dos. Tomasteis unas espigas en vuestras manos y al frotarlas se hicieron polvo y luego os volvisteis. Y cuando estabais todavía a una media hora para llegar a Corps, tu padre te dio un pedazo de pan y dijo: -Toma, hijo mío, como todavía pan este año; no se quién podrá comerlo el año que viene, si el trigo sigue pudriéndose de este modo. Maximino respondió: -Ah, sí, Señora, ahora me acuerdo; ya no me acordaba. Luego dijo la Señora: -Pues bien, hijitos míos: íLo que yo os he dicho, contádselo a todo el pueblo! Pasó después el arroyo, dio unos pasos y, sin volverse hacia atrás, repitió a los dos pastorcillos: -Bien, queridos niños, decídselo a todo el pueblo. Subió Ella a continuación hasta donde Maximino y Melania habían ido a buscar el ganado. Los dos la seguían. Ella caminaba sobre la hierba y sus pies no doblaban más que la punta. Melania se puso delante y Maximino al lado a poca distancia. En aquel momento la hermosa Señora se elevó más de un metro sobre el suelo y quedó suspendida un momento en el aire. Melania la contemplaba estática. La Señora dirigió una mirada al cielo y después a la tierra. Desapareció su cabeza... desaparecieron después sus brazos... ((**It2.581**)) y no quedó en el aire más que una claridad, que después se esfumó. (**Es2.435**))
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