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de que su proyecto era del agrado del Señor, se
resolvía a realizarlo. Esta fue su norma durante
toda la vida.
Tratándose, pues, de tomar una determinación en
cosas de tanta importancia, don Bosco se fue a
Turín para pedir consejo a don José Cafasso y así
conocer y seguir la voluntad de Dios. El santo
sacerdote, profesor de teología moral en la
Residencia Sacerdotal 1 de San Francisco de Asís,
que desde hacía varios años se había convertido en
guía temporal y espiritual de nuestro hombre,
escuchó de sus labios los diversos ofrecimientos
de pingües estipendios, las instancias de
parientes y amigos, su decidida roluntad de
dedicarse al apostolado y, sin titubear un
instante, le dijo:
-Usted necesita estudiar moral y predicación:
renuncie por ahora a toda otra proposición y venga
a la Residencia Sacerdotal.
No hay sacerdote que ignore, al menos en
Italia, qué es el <> o
Residencia Sacerdotal de Turín. Mas, para
satisfacción de todos los lectores, daremos una
breve explicación.
Había a principios de siglo en Turín un
dignísimo eclesiástico, doctor en teología, rector
de la iglesia de San Francisco de Asís que se
llamaba Luis Guala. Era un hombre de costumbres
irreprochables, de piedad sincera, desinteresado,
de mucha ciencia, prudencia y valor, que se hacía
querer por los buenos ((**It2.40**)) y
respetar por los malos. Era devotísimo del Sumo
Pontífice. Durante el dominio francés sostuvo,
juntamente con el padre Lanteri y otros insignes
personajes, activísima correspondencia epistolar
con Pío VII, prisionero en Savona, informándole de
cuanto sucedía y transmitiendo a la Iglesia la
voluntad del Papa en muchos puntos de disciplina
eclesiástica. Se convirtió en el alma de una
comisión, organizada para socorrer al Sumo
Pontífice con generosas ofertas, por lo que
juntamente con el banquero Gonella cayó en
sospechas de la policía, de las que se salvó
gracias a una providencial equivocación. La orden
de arresto iba dirigida contra el teólogo Gonella
y el banquero Guala. Buscó la policía inútilmente
las dos personas tan mal designadas, y ella puso
en guardia a los encausados, que hicieron
desaparecer cuantas cartas
1 RESIDENCIA SACERDOTAL (Convitto
Eclesiástico): Era el Convitto (convictorio) una
residencia para sacerdotes recién ordenados.
Vivían en ella comunitariamente, sujetos a un
reglamento colegial y recibían, mañana y tarde,
lecciones de Teología Moral, Oratoria Sagrada y
Pastoral. Se ejercitaban en el ministerio
sacerdotal, dirigidos por competentes y probos
sacerdotes, en la propia iglesia del convictorio,
en otras iglesias de la ciudad, y atendían a
diversos centros religiosos y de caridad,
hospitales, escuelas, correccionales, cárceles...
Abarcaba un período de tres años, al final de los
cuales recibían el título de <>. Alguna
que otra vez el mismo don Bosco firma con el
título de <>. (N. del T.)(**Es2.41**))
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