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Estas son las sentencias que se leen en el
breviario.
Pero volvamos tras los pasos de don Bosco y de
su madre, que bajan las colinas de Castelnuovo.
Iban a la apostólica, esto es, a pie, y hablando
de Dios y de sus cosas. Al llegar a la ciudad de
Chieri, se detuvieron un poco en casa del abogado
Vallimberti, cuya familia mantenía íntima amistad
con los Bosco. Después de comer, se pusieron de
nuevo en camino y, al atardecer, llegaban a Turín.
En el Rondó, donde actualmente se cruzan la
avenida Valdocco y la de la Reina Margarita, a
poca distancia de la nueva morada, tuvieron un
feliz encuentro, que merece ser recordado.
Casualmente se toparon con el teólogo Juan Vola,
junior, celoso sacerdote de Turín, que apenas vio
a don Bosco se apresuró a ir a él. Después de la
más cordial felicitación por la salud recuperada,
fijó atentamente sus ojos en él y en su madre, y
les preguntó:
-Y, por qué venís tan cansados y cubiertos de
polvo?
-Venimos del pueblo.
-Y, por qué venís a pie?
-Porque nos falta de esto...
Y don Bosco, sonriente, movía el dedo pulgar
sobre el índice, dando a entender que no tenían
dinero.
((**It2.528**)) -Y,
dónde vais a vivir ahora?
-Traigo aquí a mi madre, dijo don Bosco; voy a
vivir con ella en casa Pinardi, junto al Oratorio.
-Pero, con qué cuentas para montar una casa?
Sin empleo, sin estipendio, cómo te la vas a
arreglar para hacer frente a la vida en esta
ciudad?
-Me haces una pregunta a la que, de momento, no
sé responder; pero nos ponemos en las manos de
Dios y espero que no dejará de ayudarnos.
-Y os espera alguien en casa?
-No hay nadie.
-Pero, al menos, habrás pensado en preparar
algo para cenar?
-íQué quieres que te diga! Aún tengo que
pensarlo. Pero estáte tranquilo; ya pensará la
Providencia.
-Bueno, bueno... repetía el buen teólogo,
conmovido a la vista de tanta fe y tanto valor;
pero, entretanto... si yo supiera... si yo
pudiera...
Y rebuscaba en los bolsillos.
-Te admiro, de veras, y te aplaudo, añadió;
siento no llevar dinero; pero, toma, por el
momento.
Y diciendo esto sacó el reloj de su bolsillo y
se lo regaló.
(**Es2.395**))
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